Hoy el despertador vuelve a sonar muy temprano ¿de verdad estamos de vacaciones? Pues siiii, pero madrugar estando de viaje es toda una recompensa, ya veréis. Hoy era nuestro segundo día en moto por Bali, el tercero en la isla, y nos tocaba hacer ruta por el norte, para conocer una de las cascadas más impresionantes de la isla y para nosotros, uno de los templos más bonitos que hemos visto en nuestra vida ¿Os venís de ruta en moto por Bali con nosotros?
La noche anterior, avisamos al hotel para que nos preparase el desayuno para llevar al día siguiente, ya que queríamos ponernos en ruta a las 6am, para poder dejar las mochilas en la habitación hasta las 12:30h que teníamos que hacer el check-out. No nos pusieron ningún problema, y a las 6h nuestros desayunos estaban preparados en la recepción. Nos gusta mucho madrugar en nuestros viajes, sobretodo en este, ya que así exprimíamos al máximo la mañana, y por las tardes podíamos disfrutar de esas maravillosas piscinas de los hoteles y villas, relajarnos y pasear tranquilamente.
Pues bien, apenas empezaba a salir el sol y ya estábamos en carretera (si pensáis hacer lo mismo que nosotros llevar alguna chaquetilla porque a esas horas hace fresquete), la primera parada del día era la que dicen que es la puerta más grande de Bali, así que pusimos en la app Maps.me Handara Golf & Resort Bali (este es el nombre tal cual aparece en la aplicación) y vimos que nos quedaban 43km hasta allí.

Lo bueno de salir tan pronto, es que apenas encontrábamos nada de tráfico. Tan solo paramos en una ocasión para poner gasolina (por menos de 1€ llenábamos el depósito), y tardamos unas 2h en llegar (con el culo más plano que una carpeta, aunque la moto da muchísima libertad, es un medio de transporte bastante incómodo para hacer tantos kilómetros, todo sea dicho). Sobre las 8h ya estábamos allí, y pudimos disfrutar de 10 minutos de soledad, algo prácticamente imposible en esta isla.
La puerta es realmente impresionante, las figuras talladas en la roca son toda una obra de arte y el entorno es precioso. Empezaron a llegar un montón de motos con gente local, así que aprovechamos para sentarnos en el césped que hay justo al lado, sacar nuestros desayunos take away y llenar el estómago en ese entorno tan bonito.

Sin perder mucho más tiempo, volvimos a subirnos a la moto y nos fuimos, deshaciendo el camino, hasta el templo Pura Ulun Danu Beratan (con este nombre sale en la app), en tan solo 4km y diez minutos estábamos allí. Al llegar al parking donde dejamos la moto, vimos que todavía no había ningún autocar de turistas y apenas 2 o 3 coches aparcados, parecía que estábamos de suerte, el mejor regalo de un buen madrugón. Nos dirigimos para la entrada, donde pagamos 30.000 rupias (1,8€) por persona para poder acceder al templo y 5.000 rupias (0,3€) por el parking de la moto.
Su horario de visita es de 6h a 18h, es el que sale en los billetes de 50.000 rupias y está dedicado a la «diosa del agua». Se construyó en el siglo XVII y lo que más especial lo hace es el entorno, sobre el agua y a los pies del volcán Batur. Además, tuvimos la suerte de poder recorrerlo prácticamente solos… toda una gozada porque es enorme. De esta manera, también evitamos el acoso y derribo de los temidos guías, ya que a esas horas no había ninguno. Es obligatorio entrar con «sarong» si no se llevan las rodillas tapadas, para nosotros, una visita imprescindible si vais a la isla, acompañada de ¡¡¡un buen madrugón!!! para poder disfrutarlo así.

Tras recrearnos y quedar satisfechos con la visita, sobre las 9h poníamos rumbo a las NungNung Waterfall (salen con este nombre en la app). Tardamos unos 40 minutos en llegar, y el camino hasta ellas es espectacular: campos de arroz de un verde intenso, carreteras de subidas y bajadas pronunciadas, casas típicas balinesas... nos encantaba conocer la Bali profunda sobre dos ruedas, lo que se dice ¡¡una aventura en toda regla!!
Llegamos a una especie de caseta, donde nos tuvimos que bajar a pagar 11.000 rupias (0,70€) por persona para poder acceder, aunque ahí no está la entrada, sino que tuvimos que recorrer unos 400m más con la moto y llegar a una especie de parking junto a unas escaleras que inician el descenso. Recomendaciones para visitarla:
- Llevar puesto el bañador.
- Llevar zapatos de agua tipo escarpines para evitar resbalar en las rocas.
- Bastante agua, ya que allí no hay ningún sitio para comprar.
- Impermeable para los objetos de valor.

500 escalones de descenso nos separaban de esta maravilla natural, y para bajar no es nada, pero para subir, con esa humedad característica del país, ya me lo contaréis jajaja pones un culo respingón a la vez que sacas el hígado por la boca 😛 Pero merece totalmente la pena, porque en poco más de 20 minutos llegas a un paraje impresionante. Aunque aquí ya no tuvimos tanta suerte, y ya había bastante gente disfrutando del lugar, algo que le quita un poco de magia al asunto.
El agua caía con fuerza y dejaba tras ella un ruido ensordecedor, el rugido de la madre tierra. No nos lo pensamos mucho, nos quitamos la ropa y al agua patos ¡¡¡la virgen estaba congelada!!! eso es el milagro anticelulitis y lo demás son tonterías. Hay que tener mucho cuidado porque las rocas resbalan bastante y no es plan de hacerse daño. Una vez satisfechos, emprendimos la subida, os recomendamos ir poco a poco, ya que es dura, aunque evitar descansar mucho rato (de ahí la importancia de llevar agua).

Se nos habían hecho las 11:30h, llegábamos justos al hotel Umaya Villa Ubud para hacer el check-out, de hecho tardamos una hora y cuarto en llegar más o menos, y aunque nos pasamos de 15 minutos no nos dijeron nada. Recogimos las cosas, y con las mochilas a cuestas en la moto (vaya par de locos), nos mudamos al hotel Pertiwi Bisma 1, a tan solo 1km. No nos daban la habitación hasta las 14h, así que dejamos las mochilas en el hall y nos fuimos a la piscina a relajarnos en las hamacas y disfrutar de esa increíble piscina rodeada de frondosa naturaleza.
Estábamos echándonos una cabezadita al sol, cuando nos vinieron a avisar de que nuestra habitación era la que había justo enfrente de la piscina, ¡¡¡Toma ya!!! Teníamos hambre, así que miramos la carta del hotel, y los precios estaban genial, así que pedimos dos Nasi Goreng con dos coca colas light por 110.000 rupias (6,60€) y en unos 20 minutos nos los trajeron a la habitación. Nos lo comimos bien agusto en la terraza con vistas a la piscina y descansamos un ratito hasta las 16:30h más o menos.

Nos pusimos guapos, y salimos a callejear por Ubud, pasamos por el mercado de Ubud, que se encuentra por el centro, en la calle principal y está abierto hasta las 18h de la tarde, ¡¡¡hay cada cosa más bonita!!! Me quedé con las ganas de traerme un atrapasueños… continuamos con el paseo hasta llegar a The Sacred Monkey Forest Santuary, el horario es de 8:30h a 18h, nosotros llegamos sobre las 17:15h y tan solo nos cobraron 5.000 rupias (0,30€) por persona.
Se trata de una reserva natural de más de 27 hectáreas de extensión en la que se encuentran varios templos, pero es especialmente conocido gracias al grupo de monos que habitan, concretamente, más de 300 ejemplares de macaco de cola larga con muy mal genio, por eso NO es recomendable acercarse a ellos ni darles de comer, porque pueden ser agresivos, a John se le lanzó uno a la pierna por la retaguardía, vaya susto se llevó.

Lo que más nos gustó fue el entorno, son jardines precioso, que parecen sacados de un cuento, y respecto a los monos, era gracioso verlos de lejos como interactuaban entre ellos y lo malvados que eran… vimos como se acercaban por la espalda a un peque japonés de unos 6 años, le daban una colleja y se iban corriendo jajajaja ¡¡de película!!
A las 18h cerraron las puertas, así que continuamos nuestra visita por el centro de Ubud, pasamos por delante de una pastelería que tenia una pintaza de mueeeeeerte y no pudimos evitar parar a pegarnos una merendola, el lugar se llamaba Casa Luna, y os aconsejamos al 100% que probéis el zumo de «Dragon Fruit» fue nuestra perdición para el resto del viaje. Justo enfrente vimos que estaba el famoso restaurante Café Lotus, en el que se encuentra justo detrás el Templo Saraswati.

La entrada es gratuita, y los estanques con las flores de loto son increíbles, nunca habíamos visto nada parecido, además ya era tarde y no había casi nadie. Habíamos quedado con nuestros amigos viajeros @brujaaroundtheworld y @christian_wanderlust para cenar, ya que también se encontraban en Ubud, así que nos fuimos al Café Des Artistes, que estaba en la calle de nuestro hotel y cenamos de maravilla entre risas y anécdotas de nuestras experiencias viajeras.
Dábamos por terminado otro maravilloso día del viaje, del cual no cambiaríamos nada de nada porque salió todo redondo. Esperamos servirte de ayuda si estás organizando tu itinerario por este país. Nos está encantando revivirlo 🙂

Y hasta aquí un nuevo día en Bali de @elmundoesmejorcontigo. Muchas gracias por acompañarnos en cada aventura ¡¡nos vemos en la próxima!!
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Objetivo de la cámara: Canon EF-M 18-150 – Objetivo para Canon EOS M5, EF-M 18-150 mm f/3,5-6,3 IS STM, Negro
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Cámara acuática y de acción: GoPro Hero6 Black – Videocámara de acción (4K, 12 MP, resistente y sumergible hasta 10m sin carcasa, pantalla táctil 2″), Negro.
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Estabilizador de la cámara de acción: GoPro Karma Grip – Palo estabilizador para la cámara, Negro
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Autora: Sonia Sánchez (www.elmundoesmejorcontigo.com)
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