¿Sabéis que las mejores locuras empiezan con un …- y si…? Pues así empezó nuestra escapada navideña en familia por Bélgica. Nunca antes nos habíamos ido todos a pasar la nochevieja fuera de nuestra ciudad, y como para todo ha de haber una primera vez, decidimos comentárselo a mis padres y a mi hermano y no dudaron, buen un poco sí, jejeje pero aceptaron unirse al plan 😛 ¡¡Marchando una escapada familiar mochilera por las mágicas ciudades de Gante, Brujas y la polifacética Bruselas!! ¿Os venís a pasar el final de año con nosotros? Prometemos enseñaros rincones de ensueño 🙂
- Sábado, 29 de Diciembre:
Nuestro vuelo con Ryanair dirección al Aeropuerto Charleroi Bruxelles Sud salió puntual del Aeropuerto de El Prat el sábado 29 a las 12h del mediodía (los billetes de avión nos costaron 90€ por persona ida y vuelta con la compañía Ryanair).
Tras 1h 50 minutos de un vuelo algo movidito por el viento, llegamos a Bruselas. El Aeropuerto de Charleroi, también llamado Bruselas-Sur, es el aeropuerto preferido por las compañías aéreas de bajo coste y tiene las ventajas y desventajas de cualquier aeropuerto pequeño: es pequeño y aburrido, pero a cambio es difícil perderse y todos los procesos son rápidos.

Nuestra primera parada del viaje era la animada ciudad de Gante. Para ello, lo que hicimos fue utilizar la empresa de autobuses Flibco. Compramos los billetes a través de su página web, directo del Aeropuerto a Gante Station Saint Pieters por 7,6€ por persona.
Las paradas de Flibco se encuentran justo enfrente de la T1 del aeropuerto, son muy fáciles de encontrar, y el autobús que va a Gante y a Brujas estaciona en el andén número 3. Nuestro bus salía a las 15h, y llegamos a Gante alrededor de las 16:15h.

El autobús nos dejó en la estación Sint Pieters de Gante, a una media hora caminando del centro de la ciudad, donde teníamos el apartamento para esta primera noche. Cuando organizábamos el itinerario, decidimos cambiar cada noche de hotel y de ciudad, para así aprovechar mejor el tiempo en cada sitio y disfrutar de las horas de menos afluencia. Fue una de las mejores decisiones del viaje.
Tanto Gante como Brujas, son ciudades empedradas, poco cómodas para ir con carritos o maletas de ruedas, así que por ese motivo y añadiendo que cada día íbamos a cambiar de hotel, decidimos viajar todos con mochilas, otra de las decisiones estrella del viaje 🙂

El paseo hacia el centro de la ciudad a medida que iba cayendo el sol se nos hizo muy ameno (como GPS siempre utilizamos Maps.me). Nos sorprendió muchísimo que no hacía nada de frío para las fechas que estábamos, de hecho os confesaremos que no nos hicieron falta guantes en todo el viaje ¡¡con el miedo que le teníamos al frío que nos habían dicho que iba a hacer!!
Aunque su historia tiene puntos en común con la de Brujas, Gante siempre ha sabido conservar mejor su economía. Su papel industrial desde principios del siglo XIX y su fantástica Universidad han hecho que la ciudad siempre se mantenga viva. De los casi 250.000 habitantes que tiene Gante, 45.000 son estudiantes, convirtiendo a la ciudad en una de las más animadas de Europa.

A medida que nos íbamos acercando al centro, sabíamos que Gante nos iba a robar el corazón. Sus calles no estaban abarrotadas de turistas, sus canales con luces navideñas invitaban a pasear a su alrededor, sus casitas medievales… Estábamos deseando ir al apartamento a dejar las mochilas y salir a pasear por ella.
Para esta noche, reservamos un apartamento para los cinco a través de Booking, el Anna Apartments. El mejor de todo el viaje. Justo en el centro de Gante, con una decoración moderna, acogedor, amplio y con una relación calidad – precio espectacular. Nos costó 150€ la noche para los cinco, es decir 30€ por persona la noche.
Nada mas dejar las mochilas, salimos a pasear. Os mentiría si os dijera que seguimos un itinerario fijo, simplemente nos dejamos llevar por nuestros instintos y dejamos que la ciudad nos sorprendiera en este primer contacto. Notamos que a partir de las 18:30h, los buses de turistas se iban, y sus calles del centro se descongestionaban.
Iniciamos nuestro paseo por la Plaza de Vrijdagmarkt, donde tuvimos la suerte de coincidir con su mercado semanal e iniciar las compras navideñas 😛 Continuamos caminando y llegamos sin querer a una especie de callejón lleno de grafitis muy chulo, el Warregaren Straat, una estrecha calle peatonal, de nombre casi impronunciable para los que desconocemos por completo el neerlandés, situada en pleno centro histórico de la ciudad belga.
Visto lo visto, parece más que evidente que la ciudad ha “entregado” las paredes de este callejón a los artistas urbanos para que hagan lo que les apetezca, siempre con respeto, evitando así llenar de pintadas el centro histórico ¡muy buena iniciativa!
No sé como debe ser Gante en otra época del año, pero en Navidad estoy segura que tiene un encanto especial. Dimos de bruces con la Catedral de San Bavón y su increíble plaza. Aquí estaba el mercadillo más grande de la ciudad, con más de 40 casetas de madera que ofrecen un amplio surtido de productos del país, sin faltar el vino caliente y una amplia oferta gastronómica.
Nosotros decidimos dar rienda suelta al paladar e iniciamos la degustación de patatas fritas y perritos calientes del viaje:P

Justo al lado , encontramos el Campanario Municipal (Belfort). Este precioso campanario de 91 metros fue construido en el siglo XIV y es una de las imágenes más conocidas de Gante. Su mirador, a 65 metros de altura, ofrece las mejores vistas de la ciudad.
Terminamos el día celebrando el cumple de mi mami con un gofre de Nutella en mano y bailando junto a un grupo de «boy scouts» el top 10 de los ’80 en neerlandés ¿que más se puede pedir? jajaja Mis padres, que tenían más marcha que nosotros, se quedaron un rato más bailando, mientras que nosotros y mi hermano iniciamos el camino de vuelta al apartamento y aprovechamos para comprar el desayuno para el día siguiente en un 24h que había debajo del apartamento.

- Domingo, 30 de Diciembre:
Si nosotros somos de madrugar, mi padre lo es más jajaja a las 7am nos tenía a todos en pie, y eso que no amanecía hasta las 08:40h. Nos hicimos unos cafés en el apartamento (teníamos cápsulas nespresso gratis y cafetera en el apartamento) y junto con lo que compramos anoche, desayunamos bastante bien.
A las 08:30h ya estábamos paseando, aún estaba amaneciendo, no había nadie en la calle y la temperatura era buenísima, volvimos a sorprendernos al pensar que haría mucho más frío.

La primera parada del día fue el puente Zuiverlbrug y sus alrededores. Esta zona estaba justo al lado del apartamento, y la verdad que ver con los primeros rayos de sol esos canales, de agua tranquila, con sus casitas reflejadas en él…. nos enamoró.
Justo al lado del puente, se encuentran unas de las fachadas más pintorescas de Gante, dignas de admirar cada detalle. En una de ellas, se encuentra Temmerman, la confitería más antigua de la ciudad.


Nuestro consejo principal, si estáis preparando una escapada por Gante o Brujas, es que os perdáis por sus callejuelas, todas son preciosas, y te descubren rincones que no están en las guías de viaje. El casco histórico de Gante es pequeño y cómodo para visitar a pie, ya que muchas de sus calles son solo peatonales.
Callejeando por detrás de las calles de Korenmarkt encontraréis también las zonas de los antiguos muelles de Graslei (muelle de las hierbas) y Korenlei (muelle del trigo), dos de las imágenes más conocidas de Gante, separados por el río Lys.

Durante nuestro recorrido por Gante, nos resultaba difícil no entrar a las diferentes pastelerías que había por el camino. De todas salía calorcito y un agradable olor a canela con azúcar.
Si pasáis por Himschoot Bakery, no dudéis en entrar. Dicen que es la panadería más deliciosa de la ciudad, y la verdad que tenía todo una pinta exquisita. Ya que estamos, os dejamos un par de sitios que llevábamos apuntados para comer en Gante:
- Hema:en la plaza de Koremarkt,3. Es un establecimiento de dos plantas, en la superior está el restaurante tipo Buffet con vistas espectaculares sobre la plaza. Los platos de comida rondan los 6€ + bebida ¡¡nada mal para ser Bélgica!!
- Three Monkeys: Fantástico para comer algo sencillo, tienen una carta muy amplia con ensaladas, sándwiches, hamburguesas y una gran cantidad de tortillas. Todo elaborado al momento y con buenos ingredientes. Más caro que el anterior.

La siguiente parada del día fue la zona de el Belfort, la de la Catedral de San Bavón y la de la Iglesia de San Nicolás. Llegamos a ella des del puente de San Miguel, donde se obtienen unas vistas impresionantes del lugar, de las más bonitas de la ciudad.
- El Belfort: La torre del Campanario, sobresale de los tejados de la ciudad con sus 91 metros de altura. Esta antigua torre de vigilancia del siglo XIV, coronada por una figura de un dragón dorado, tiene varias plantas en su interior con varias exposiciones referentes a la historia de la torre, en las que en una de ellas se encuentra la famosa campana de la torre, Roland, que se utilizaba para advertir a la gente de que se acercaba un enemigo. Se puede subir a la torre de 10h a 18h, y desde su última planta obtener unas vistas de 360º de la ciudad.
- Catedral de San Bavón: En honor a San Bavón, patrón de Gante, se construyó en el siglo XIV la Catedral de San Bavón. La catedral es famosa por albergar en su interior el retablo de la “Adoración del Cordero Místico“, de los hermanos Van Eyck, unas de las obras maestras de la historia del arte. Las puertas de roble y la torre campanario de 90 metros de altura son los elementos más remarcarbles del exterior. Horario de visita: de lunes a sábado de 8:30h a 18h. Domingos empieza a la 13h.

- Iglesia de San Nicolás: La iglesia de San Nicolás del siglo XIII, es otro de los lugares más antiguos y importantes que visitar en Gante. Merece la pena entrar en su interior para ver sus grandes vidrieras que permiten iluminar todos sus detalles arquitectónicos con luz natural y para ver el órgano. Las mejores vistas de la Iglesia de San Nicolás se obtienen desde la Torre Belfort. Horario de visita: de martes a domingo de 10h a 17h, los lunes no abren hasta las 14h.
En esta época del año, con la gran noria y los mercados de navidad, la zona es más bonita y animada si cabe. Continuamos nuestro paseo cruzando el puente de San Miguel, desde donde se obtienen unas vistas preciosas de la Iglesia de San Miguel frente al canal.



Otra de las visitas imperdibles si visitas la ciudad, es El Castillo de los Condes de Flandes. El Castillo de los Condes de Flandes o Gravensteen, es una de las fortalezas defensivas mejor conservadas de Europa. Fue construido en el siglo XII por Felipe de Alsacia, conde de Flandes, sobre el río Lys, con un foso a su alrededor para ayudar a su defensa.
Además de su espectacular exterior, puedes entrar en el castillo para ver la antigua Sala de Torturas y también puedes subir a la Torre del Homenaje, desde la que además tendrás unas vistas diferentes de Gante. Horario de visita: de lunes a domingo de 10h a 18h. En invierno abren una hora antes y cierran una hora antes.

Para terminar nuestra visita por la ciudad, volvimos a la plaza Vrijdagmarkt, donde anoche habíamos visto una calle preciosa, con todas las casitas iguales, y queríamos aprovechar para verlas hoy a la luz del sol.
Tras inmortalizar el lugar y el momento, miramos el reloj y ya eran las 11:30h, ¡¡cómo nos había cundido la mañana!! Fuimos hacia el apartamento a buscar las mochilas, ya que a las 12h teníamos la hora del check out del apartamento.

Antes de irnos hacia la estación de tren para trasladarnos a Brujas, fuimos a merendar / comer al Caffé Rosario. Queríamos ir anoche a cenar en honor a mi mami, que se llama Rosario, pero estaba cerrado, así que al ver que tenía muy buena pinta, decidimos volver al día siguiente y probar suerte ¡¡y la tuvimos!!
Cuando llegamos estaba abarrotado, y no por turistas, sino por gente local, se ve que es más famoso de lo que pensábamos. Estaba todo delicioso, buen precio, localización inmejorable frente a la iglesia de San Nicolás, y moderno. No os podéis ir de allí sin probar los batidos, son de otro planeta, además todo lo cocinan a la vista de la gente ¡¡recomendado al 100%!!

Pues hasta aquí había llegado nuestra visita a esta maravillosa ciudad que nos había robado el corazón, ahora, mochilas a la espalda y emprendemos caminata a la estación de tren para irnos hacia Brujas.
Llegamos a la estación de St. Pieters, desde donde salen los trenes hacia Brujas con una frecuencia de cada 15 minutos. Podéis sacar los billetes/tickets en las máquinas que hay en la estación y te sientas donde quieras al subir al tren. El precio es de 13,40€ ida y vuelta o 6,80€ solo ida (si eres menor de 26 años cuesta 6,40€ solo ida).
Hay tarifas de fin de semana en los ferrocarriles belgas, se aplican a partir de las 19 horas del viernes hasta la medianoche del domingo Infórmate antes de comprar tu billete si vas a viajar en fin de semana. Podéis obtener toda esta información a través de su página web: Belgian Train.

Cogimos el tren de las 15h, y a las 15:30h pasadas llegábamos a Brujas (casi todos los trenes de Gante a Brujas salen de la plataforma 12), nos tocó ir de pie todo el recorrido, ya que el tren iba lleno a reventar. Lo primero que hicimos al salir de la estación fue ir a hacer el check-in a nuestro hotel, que estaba justo pegado a la estación.
Nos alojamos en el Ibis Budget Brugge Centrum Station, lo reservamos a través de Booking, y nos salió a 80€ la habitación por noche y pareja sin desayuno. Está a 1,4km caminando del centro de Brujas (unos 20 minutos), pero no nos supuso ningún impedimento, porque el camino es bonito, ameno y lo hacía muchísima gente que llegaba a Brujas en tren, así que no tenía pérdida.
*Lo escogimos principalmente por ser de los más económicos, ya que los alojamientos en Brujas son bastante caros.

Después de dejar las cosas en las habitaciones, emprendimos camino hacia el centro de la ciudad, y hicimos lo mismo que día anterior en Gante, nos olvidamos de mapas y decidimos perdernos por la ciudad a nuestro aire, dejando que nos sorprendiera.
Brujas es un sueño de ciudad. Sus calles pintorescas parecen una maqueta de un cuento de hadas. En Navidad, el ambiente apacigua la temperatura del duro invierno, haciendo esta ciudad más acogedora que en verano. Es más muchos piensan que si no has visto esta ciudad durante la Navidad, aún no la has visto entera.

A esta joya de Flandes, Patrimonio de la Humanidad, merece al menos dedicarle un día completo, aunque si dispones de tiempo, te recomendamos pasar al menos una noche en la ciudad, y dar un paseo al atardecer mientras se iluminan sus preciosos edificios, ya que este es uno de los momentos más mágicos del día. Además, podrás pasear por ella sin tantos turistas.
En nuestro paseo, visitamos el Mercado de Navidad de Grote Markt (en la plaza mayor), el muelle del Rosario, el Mercado de la Plaza Brurg… y nos perdimos por callejuelas super pintorescas. Cenamos un perrito y una buena cerveza en el mercado de la Plaza Mayor, y sobre las 21:30h emprendimos el camino de vuelta al hotel, a estas horas, el frío apretaba.
Una buena ducha para recuperar la temperatura corporal y a dormir, mañana pasaríamos el último día del año recorriendo la ciudad de día, para finalmente, tomar las uvas en Bruselas.
- Lunes, 31 de Diciembre:
Hoy no madrugamos tanto como ayer… así que el despertador sonó a las 8h, y sin prisas pero sin pausa, nos arreglamos, hicimos las mochilas y bajamos a desayunar (aunque no lo teníamos incluido en el precio, lo pudimos pagar allí, nos costó 7,5€ por persona, y estaba bien, no es un super desayuno pero tenía todos los básicos).
Dejamos las mochilas en la consigna del hotel y sobre las 9h emprendíamos el camino hacia el centro de Brujas. Hacía un día espectacular, por primera vez veíamos lucir el sol en Bélgica y no hacía nada de frío ¡¡que buena manera de terminar el año!!

Nos fuimos directos a la Plaza Mayor de Brujas o Grote markt. Eran las 09:30h de la mañana y no había apenas nadie, tras verla ayer por la noche llena de ambiente, fue un remanso de paz conocer su otra cara llena de tranquilidad. En estas fechas, en esta plaza está desplegado el gran mercado de Navidad de Brujas, con una pista para patinar sobre hielo en su centro.
Para obtener unas vistas diferentes de la misma, entramos al edificio del Museo de la Cerveza (a la derecha de las casitas de colores si las miras de frente). Pedimos para subir a su mirador, (en el piso superior de donde se hace la degustación de cervezas), y no nos pusieron problemas, no nos hicieron pagar nada y nos indicaron muy amablemente por donde se subía.

Esta plaza es el corazón de Brujas, y el punto en el que empiezan o terminan la mayoría de rutas a pie por el centro histórico de la ciudad. En esta plaza, rodeada de edificios medievales con pintorescas fachadas, sobresale la torre Belfort, su edificio más impresionante, y con el que estamos seguros que te quedarás con la boca abierta.
Además de esta torre, en el centro de la plaza hay una estatua en honor a los héroes locales Jan Breydel y Pieter De Koninck.

Justo en el interior de la terraza, había un trono con disfraces de reyes y reinas en plan «photocall» y no nos pudimos resistir a irnos de allí sin nuestra foto real 😛
Pasamos un rato muy divertido, si venís a Brujas no dudéis en subir, solo por las vistas que hay allí arriba merece mucho la pena.

Continuamos nuestra visita hacia el Muelle del Rosario. Te recomendamos verlo dos veces, una de noche y otra de día, y es que no en vano, tenemos que recordar que el Muelle del Rosario es uno de los rincones más fotografiados y un imprescindible de Brujas.
En él, los edificios medievales con fachadas clásicas, parecen sacados de un cuento de hadas. Desde aquí se puede llegar a la Plaza Burg, pasando por Vismarkt (mercado del pescado) y su coqueta Plaza de los Curtidores.

Tras las últimas visitas, seguimos caminando hacia el Parque Minnewater. Es imposible no quererse parar a fotografiar cada rincón. A estas horas, sobre las 11h de la mañana, las calles ya empezaban a estar abarrotadas, los turistas llegaban en masas, y por desgracia le quitaban ese encanto que tenía la ciudad a primera hora de la mañana.
Aunque no comimos en ningún restaurante, os dejamos un par de lugares económicos que llevábamos recomendados:
- Oud Brugge: sopas y platos calientes a buen precio.
- Soup: este lugar está muy bien, ya que tiene un excelente menú por solo 8,5€ que incluye la sopa que tu quieras, un panini, pan y fruta.
- La Trattoria: restaurante ideal para comerte una buena pizza y a buen precio. Otra opción de pizzas barata es el Domino’s de al lado de la estación de tren.
- At Tattie’s: Nuestro favorito, aquí merendamos. Hacen bocadillos deliciosos por 5€, además de pasta, sopas o quichés. Todo casero, buenísimo y barato. Está en la plaza Jan Van Eyck.


Conocido con el nombre del Lago del Amor, el Parque Minnewater es uno de los lugares más románticos que ver en Brujas. Situado al sur del centro histórico, este parque con un bonito lago lleno de cisnes, es perfecto para pasear.
Durante el recorrido, además de jardines, puedes ver varios edificios interesantes como el Castillo de la Faille, un antiguo hospital, un depósito de municiones o la casa de la esclusa que se utilizaba para controlar el nivel del agua de los canales.

Nos encantó pasear por este parque, aunque no nos podíamos ir de Brujas sin patinar en su pista de hielo. Así que ahora que ya habíamos visto todo lo que teníamos que ver, decidimos volver a la Plaza Mayor para vivir esa experiencia.
Nosotros ya habíamos patinado dos semanas atrás en Vienna (os dejamos aquí el post), pero mis padres nunca antes lo habían hecho, y fue una experiencia super divertida hacerlo todos juntos. Ver como todos volvíamos a nuestra infancia y disfrutábamos como niños fue mi mejor regalo de Navidad 🙂


El precio para poder patinar era de 8€ por persona. Te dejan los patines de tu número de pie, y hay una caseta donde puedes dejar tus zapatos (junto a los del resto de personas que también están patinando) y en principio puedes estar 1h, pero no hay nadie que controle el tiempo que estás realmente.
Mi madre tenía un poco de miedo, pero tras un par de vueltas cogida a un osito de plástico de los que te ayudan a quitarte el miedo, ¡¡ se hizo toda una experta !!


¡¡¡Casi dos horas nos pasamos patinando!!! Y una sudada monumental, pero ¿y lo bien que nos lo habíamos pasado? ¡¡Repetiríamos con los ojos cerrados!! Nuestros zapatos estaban intactos en el lugar donde los habíamos dejado, y antes de irnos a buscar las mochilas para coger el tren rumbo a Bruselas, no nos podíamos ir de allí sin comernos un Waffle hasta arriba de Nutella.
Eran las tres de la tarde y la plaza estaba ideal para pasear y poder acercarse a los puestecitos de madera sin tener que sortear 100 cabezas

Hasta aquí había llegado nuestra visita a Brujas, tocaba cambiar de ciudad ¡¡no vamos a Bruselas!! Recogimos las mochilas y a las 16h cogíamos el tren en la plataforma 9 con destino a Bruselas Grand Central Station. Sacamos los tickets en las máquinas de la estación (menores de 26 años: 6,8€; adultos: 14,8€).
En una hora de trayecto llegamos, y esta vez pudimos ir sentados 😛 Nuestro apartamento en Bruselas fue el Residence Regent 55. Lo reservamos a través de Booking por 370€ la noche para 5 personas. No lo recomendamos, así que no me alargaré mucho más, además booking ha decidido sacarlo de su plataforma.

Al llegar, fuimos a comprar la cena en el carrefour express que había justo enfrente, y tras llenar nuestros estómagos con una cena de nochevieja made in mi hermano, con unos exquisitos espaguetis a la carbonara, nos abrigamos y salimos a conocer la ciudad.
Nuestra idea principal era tomar las uvas en la Grand Place, pero al final cambiamos de opinión y preferimos pasear por la ciudad e irnos al apartamento a celebrar el nuevo año. Esa noche, tras pasar múltiples controles de seguridad a cada lugar que llegábamos, visitamos: el Manneken Pis, The Saint Michaels Cathedral, The Saint Hubert’s Galleries, y la Grand Place.
- Martes, 1 de Enero:
Nos levantamos con mucha más tranquilidad que los días anteriores ¡¡feliz año nuevo!! Empezar el año en una ciudad diferente no estaba nada mal para unos buenos viajeros 😛 Desayunamos en el apartamento con lo que habíamos comprado la noche anterior y nos dispusimos a aprovechar al máximo la mañana, ya que por la tarde salía nuestro vuelo de vuelta a casa.
En nuestro corto recorrido por Bruselas, visitamos: el Parc de Bruxelles – Warandepark; el Royal Palace, el Palacio de Justicia, el Mont des Arts – Kunstberg, le Petite Rue des Bouchers, el Jeanneke Pis y la Grand Place de día.


Para ir del centro de Bruselas al Aeropuerto Charleroi Bruxelles Sud, utilizamos denuevo la compañía de autobuses Flibco. La parada está en BRUXELLES – Gare du Midi (Brussel Zuid / rue de France), a la cual llegamos caminando en cuestión de media hora, ya que está retirada del centro.
El bus sale cada media hora, y cuesta 14,20€ por persona, siendo la mejor opción para llegar a Charleroi. Lo coge mucha gente, así que os recomendamos que vayáis con tiempo para que no os pille el toro 😛

¡¡Pues hasta aquí nuestra super escapada familiar para terminar y empezar este nuevo año!! Esperamos veros a muchos de vosotros este año por allí y cualquier duda ¡¡preguntarnos sin compromiso!! En nuestro perfil de Instagram encontraras todas las «stories» de nuestro viaje en «destacadas» ¡¡no te los pierdas!! Muchas gracias por acompañarnos en cada aventura ¡¡nos vemos en la próxima!!
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Además, os adjuntamos los enlaces de todo nuestro «EQUIPO FOTOGRÁFICO VIAJERO»:
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Objetivo de la cámara: Canon EF-M 18-150 – Objetivo para Canon EOS M5, EF-M 18-150 mm f/3,5-6,3 IS STM, Negro
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Cámara acuática y de acción: GoPro Hero6 Black – Videocámara de acción (4K, 12 MP, resistente y sumergible hasta 10m sin carcasa, pantalla táctil 2″), Negro.
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Estabilizador de la cámara de acción: GoPro Karma Grip – Palo estabilizador para la cámara, Negro