Nuestra aventura asiática continuaba, pese a las malas condiciones del tiempo, tocaba cambiar de ciudad, avanzábamos por las tierras altas del país hacia el maravilloso pueblito de ELLA. Hoy volveríamos a vivir emociones intensas, aparecieron momentos de desesperación, pero al final el día se arregló, y se cruzaron en nuestro camino dos personas maravillosas con las que tuvimos la suerte de coincidir en esta aventura ¿os subís al Tuk Tuk con nosotros?
El despertador sonó a las 7am, mientras John se termina de desperezar en la cama, me levanto y voy corriendo a la ventana para abrir las cortinas y ver si el tiempo nos ha dado una tregua. Pero mi cara de sorpresa al ver que no veo nada porque está todo blanco cubierto por la niebla, hace que John se espabile bien rápido. Parece ser que la suerte no nos acompaña, aún así, tenemos que movernos y encaminarnos hacia Ella. Nos tomamos un rico desayuno ceilandés, hacemos las mochilas y a las 8am ya estamos en carretera.

De Nuwara Eliya a Ella hay unos 55km de distancia, que se recorren aproximadamente en una hora y media, pero nosotros tardamos un poquito más, ya que la carretera presentaba bastantes curvas cerradas y desniveles, y con la niebla que había no veíamos a más de un metro. Fue un recorrido donde vivimos bastante tensión, y no os podemos decir mucho del paisaje, ya que apenas vimos nada. Ella es nuestro pueblo favorito de las tierras altas, últimamente la popularidad de este lugar se ha disparado, y parece que cada mes se inaugura una nueva pensión u hotel.
Por el camino, vimos largas colas de locales vestidos de blanco, se ve que era festivo y se celebraba alguna ceremonia, ya que el pueblo de Bandarawela estaba prácticamente colapsado. Justo antes de llegar, nos paramos en el templo Dowa RojamahaViharaya, que es gratuito.

Al llegar con el Tuk Tuk a Ella, nos pusimos a buscar nuestro hotel, nos dirigimos hacia donde nos señalaba la App Maps.me, pero no lo encontrábamos. Como se nos hacía difícil movernos con el Tuk Tuk debido al tráfico, lo dejamos aparcado, nos pusimos las mochilas a la espalda y empezamos a preguntar. Y ahí empezó la desesperación… unos nos mandaban para un lado, otros para otro, y otros ni nos entendían los pobres… Para darle más emoción al asunto, empezó a diluviar, y nosotros empezábamos a desesperar. Entre las dos horas de tensión en el Tuk Tuk, y los 30 minutos que llevábamos caminando bajo la lluvia empapados de arriba a abajo, recuerdo que caminábamos por inercia, ya sin saber hacia a donde ir… me desesperé.
Pensándolo ahora en frío te dices, tendría que haber disfrutado del momento, pero supongo que fue el cúmulo de todo, que empecé a llorar, le decía a John no puedo más, quiero volver a casa, ese fue el momento más crítico del viaje. Estaba cansada, empapada, con la mochila a cuestas, nadie nos entendía y el hotel no aparecía por ningún lado y ya llevábamos 40 minutos… Hasta que John reaccionó, me dijo quédate en este porche con las mochilas y voy yo a buscarlo. Y desapareció bajo la lluvia… pasaban los minutos como si fueran horas, hasta que al rato lo vi venir corriendo a lo lejos, con una sonrisa radiante ¡¡¡lo había encontrado!!! Esta vez volví a llorar, pero de emoción 🙂 hay que ver como nos ponen a prueba los viajes, y ésta, la habíamos superado 😛
John fue a buscar el Tuk Tuk, que lo teníamos aparcado en la otra punta del pueblo, me recogió y fuimos hacia la Guest House, el dueño nos esperaba con los brazos abiertos y un té calentito con pastas que nos supo a gloria. Nos quitamos la ropa mojada, sacamos todo lo que teníamos dentro de las mochilas para que se secara y nos sentamos en la terraza a ver la lluvia caer, esta vez des de otra perspectiva.

Sin darnos cuenta, se había hecho la hora de comer, y ya tranquilos, nuestros estómagos empezaron a rugir. Así que le pedimos un paraguas al dueño de la casa, nos pusimos los chubasqueros y nos dirigimos al centro, al que llegamos en 10 minutos caminando. Pero antes, nos acercamos hasta la estación de trenes para consultar los horarios del tren a Haputale para el día siguiente. Vuelta a la calle principal, que es donde se encuentran todas las cafeterías y restaurantes, nosotros nos decantamos por el Chill Café, ya que lo llevábamos recomendado por otros viajeros y no pudieron acertar más. Hacen comida ceilandesa pero también internacional, así que para darle una alegría al cuerpo tras el mal rato que habíamos pasado, nos pedimos una buena hamburguesa con patatas, una pizza y dos zumos de lima, todo excepcional.

Mientras estábamos comiendo, escuchamos hablar a la pareja de al lado, y resulta que son españoles y ¡de la isla vecina! Así que nos pusimos a charlar con ellos sobre el viaje, experiencias, impresiones… eran tan majos y buena gente que hicimos migas enseguida, así que viendo que la lluvia había dado un poco de tregua, decidimos irnos juntos a ver el famoso puente Nine Arch Bridge de Ella desde las alturas.

Para llegar hasta aquí, emprendimos el camino que te lleva al inicio del sendero del Little Adams Peak, y en lugar de girar a la derecha, continuamos la carretera hasta desviarnos por un camino de tierra a mano izquierda. Si ponéis en la App de Maps.me: Nine Arch Bridge Viewpoint os lleva sin problemas. Caminando son unos 2.5km que se hacen fácilmente en 30 minutos.

En el camino de vuelta, al pasar por delante del inicio del sendero al Little Adam’s Peak (justo al lado del Ella Flower Garden Resort), decidimos tentar al tiempo y subir, ya que nuestros nuevos compañeros tenían que coger el tren de vuelta a las 19h. El camino es precioso, y muy fácil de realizar para cualquier persona con un mínimo de forma física.

No tiene pérdida, está muy bien señalizado, a nosotros nos preocupaba este tema, pero para futuros viajeros os avisamos que desde el inicio del camino junto al hotel no tiene pérdida. Son unos 2km de caminata, se tarda unos 25 minutos en llegar arriba, pero las vistas hacen muy ameno el paseo.

Una vez arriba, las vistas son impresionantes, el verde de las montañas te cautiva y hace que te quedes embobado. Estuvimos un ratito y emprendimos la vuelta. Ella es un lugar extraordinario para caminar, la mayoría de alojamientos facilitan mapas dibujados a mano de los senderos de la zona. Nosotros teníamos pensado hacer esta excursión al llegar por la mañana y Ella Rock por la tarde, pero como ya sabéis el mal tiempo no nos lo permitió. Esta excursión es un poco más dura, tarda unas 3/4h ida y vuelta, y las vistas desde la cima dicen que son asombrosas.

Empezaba a anochecer, e íbamos con la hora justa para que nuestros nuevos compañeros de viaje llegaran al tren, así que como teníamos que pasar por delante de nuestra Guest House si o sí, John sacó el Tuk Tuk, nos subimos los cuatro y corriendo para la estación jejeje que bonitos recuerdos. No sabíamos si nos volveríamos a encontrar con ellos en esta aventura, pero teníamos claro que habían sido la suerte de nuestro día, por si acaso nos leéis, un súper abrazo chicos 🙂
Ya se había hecho de noche, teníamos pensado ir al hotel a darnos una ducha y bajar a cenar, pero morfeo llamó a la puerta y nos dejamos llevar, había sido un día cargado de emociones. Al día siguiente nos tocaba hacer uno de los recorridos en tren más bonitos del mundo, esperábamos que todo fuese bien.
Muchas gracias por acompañarnos en cada aventura ¡¡nos vemos en la próxima!!
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Además, os adjuntamos los enlaces de todo nuestro «EQUIPO FOTOGRÁFICO VIAJERO»:
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Objetivo de la cámara: Canon EF-M 18-150 – Objetivo para Canon EOS M5, EF-M 18-150 mm f/3,5-6,3 IS STM, Negro
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Cámara acuática y de acción: GoPro Hero6 Black – Videocámara de acción (4K, 12 MP, resistente y sumergible hasta 10m sin carcasa, pantalla táctil 2″), Negro.
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Estabilizador de la cámara de acción: GoPro Karma Grip – Palo estabilizador para la cámara, Negro
Chicossss nos ha encantado!!!! Que flipada de sitio!!! Y bueno en ese momento lo ves todo negro pero siempre sale el sol!!! Besos preciosos!!!
Mi amor!! Claro que si!! Todos los días sale el sol chipirón!!! Lo mejor es que nos ha quedado como una buena anécdota de la que escarmentamos!! Un besazo cariño!!!
Es asi los viajes nos ponen a prueba porque nos sacan de la zona de confort, me ha pasado tambien pero siempre sales mas fuerte y sabia
Vaya que si!!! Y ahora lo recordamos como una graciosa anécdota!! Un besazo 😘😘
En todos los viajes hay momentos críticos, el cansancio se va acumulando, yo tambien he tenido algunos, en ese momento lo ves todo negro y ahora nos reímos de esos momentos 😀😀
Jejejeje siiii Marta !! Tal cual!! Ahora nos reímos al recordarlo y lo vemos con perspectiva!! Al final esa es la magia de viajar 😘♥️
Después de la tormenta siempre llega la calma!! 😂 Al final se sale!! 👏👏
Siiii siempre con actitud positiva ❤️