Egipto día 5: Templo de Edfú, tarde de navegación y llegada a Luxor.

Los días en Egipto estaban pasando a un ritmo vertiginoso, los madrugones se sucedían día tras día y la emoción por continuar descubriendo el país era incansable. Todo estaba saliendo sobre ruedas, hoy nos tocaba conocer el Templo de Edfú, uno de los mejores conservados, atravesar la esclusa de Esna y atracar en la ciudad de Luxor para visitar al atardecer el maravilloso y famoso templo de Luxor. Iba a ser nuestra última noche en la motonave y teníamos que aprovecharla ¿os venís un día mas de aventura con nosotros?

El despertador sonó cuando todavía no había salido el sol, como venía siendo costumbre…

-¿Pero no estamos de vacaciones? – le pregunté a John.

-Ya dormiremos cuando estemos muertos Soni – me respondió con un ataque de cosquillas.

A las 5:30h estábamos los cuatro como clavos en la recepción de la motonave, donde estaba Mohammed esperándonos con su peculiar sonrisa ¡¡como se notaba que están acostumbrados a madrugar!!

Alrededores de Edfú a primera hora

Desde el puerto donde estaba nuestra motonave, al Templo de Edfú, la primera visita del día, habían unos 15 minutos de trayecto. La mayoría de agencias llevan a sus clientes en coche de caballos, nosotros le pedimos exclusivamente a Mohammed que no queríamos, que preferíamos ir en Tuk Tuk, no nos puso problema.

Era increíble la cantidad de tráfico que había ya a las 6h de la mañana, además aquí si que notamos en mayor medida la insistencia de la gente local en que le compráramos de todo, desde agua, hasta una réplica de la máscara de Tutankamon. Con un «No» rotundo, fuimos esquivando a tod@s los que pudimos.

Entradas al Templo de Edfú

Al llegar, vimos que éramos de los primeros, y Mohammed se fue corriendo a sacarnos las entradas (el precio de las entradas iba incluido en el precio que pagamos por los días de crucero, podéis consultar el presupuesto aquí).

El Templo de Edfú está situado más o menos a la mitad de camino entre Luxor (109 km) y Aswan (123 km). Tanto desde Luxor como de Aswan puedes ir en taxi o tren. Si no hacéis crucero, nosotros recomendamos visitarlo en tren desde Aswan. El tren suele salir a las 7 de la mañana y podéis viajar en 2ª clase, los vagones están bastante bien.

Desde la estación hasta el templo hay unos 4 Km, puedes negociar un Tuk Tuk para sortearlos. En ambas ciudades, también encontrarás agencias que te llevan en microbus con un mejor precio que si lo contratas en el barco o en un touroperador.

Si en tu caso vas por libre, la entrada a fecha de Octubre de 2018 costaba 100 libras egipcias, unos 5€.  Entrar prácticamente los primeros al templo fue una experiencia mágica, ya no era el primer templo que conocíamos, pero igualmente nos dejaba sin habla.

El Templo de Edfu es el templo mejor conservado de todo Egipto, tanto por la época que fue construido como por que estuvo durante muchos años medio enterrado en la arena. Construido en el año 237 a. C. y finalizado en el año 57 a. C. bajo el reinado de Ptolomeo XII, padre de la famosa Cleopatra. Durante todos estos años, cada faraón lo iba ampliando.

Al estar todo en pie, nos podremos hacer una idea de lo majestuosos que eran los Templos en el Antiguo Egipto. Nada más situarnos en la entrada principal, nos encontramos el pilono principal con sus 36 metros de altura y donde se puede apreciar los relieves golpeados por los coptos, una curiosidad, solo están castigados los de la parte superior, la parte inferior estaba enterrada en la arena.

Rincones de Edfú

Seguidamente, nada más pasar el Pilón, a la izquierda de la siguiente puerta, nos encontraremos a lo que se podría llamar el Horus más famoso de Egipto, un halcón (Horus) con una altura de más de un metro y medio donde tendrás que pedir hora para hacerte una fotografía con él.

Las medidas del Templo son: 137 metros de largo, 79 metros de ancho y su altura más alta es de 36 metros. En pocas palabras, el Templo de Edfu merece una visita. Perderos por sus pasadizos y encontrar el gran pasilla, os hará sentir abrumados.

Rincones de Edfú

A las 9h estábamos de vuelta a la motonave, y nos fuimos directos al restaurante a desayunar ¡¡parecía que teníamos un tigre en el estómago!! Si no aguantáis mucho sin comer, llevaros alguna fruta o snack para picar en vuestra visita a primera hora a Edfú.

Hoy nos esperaba un día de navegación por el Nilo, hasta las 16h no atracaríamos en la ciudad de Luxor, así que después del desayuno, nos pusimos los bañadores y nos subimos a la piscina. Estar a finales de Octubre y con ese sol era todo un lujo.

Sobre las 13h, nos avisan de que estamos en la ciudad de Esna, la ciudad donde se encuentra la esclusa,  y en el río Nilo nos encontramos con un desnivel de unos 10 metros ¿que vamos a hacer?

En este lugar en el pasado, existían unas cataratas, y para salvar dicho desnivel todos los barcos tienen que pasar por una esclusa. Una esclusa es algo parecido a una piscina… entra el barco en la “piscina” y se cierra, después se llena de agua y el barco empieza a flotar hasta llegar al nivel deseado.

En el sentido contrario del río, el barco entraría en “la piscina” llena de agua, y se vaciaría para que fuera bajando de nivel, que es nuestro caso. En la esclusa entran 2 barcos a la vez y el tiempo de vaciado o de llenado, según el sentido, es de aproximadamente 30 minutos.

Mientras el barco esta parado bajando de nivel, se acercan decenas de vendedores y empiezan a tirar pareos al barco ¡¡alucinábamos!! La gente se los devolvía, ya que no querían comprar, pero si querías quedártelo, te lanzaban una botella de plástico con una piedra para que metieras el dinero y se la devolvieras… ¡¡lo tenían todo pensado!! Una parada muy curiosa e inesperada en medio del río Nilo.

Entrada al Templo de Luxor

A las 16h ya estábamos atracados en la imponente ciudad de Luxor. La ola intensa de calor ya había pasado, y tocaba hacer la última visita del día, conocer el famoso Templo de Luxor al atardecer.

Este templo, es el monumento más destacable de la ciudad de Luxor. Se debe fundamentalmente a la obra de 2 faraones, grandes constructores, Amenhotep III y Ramsés II. El primero construyó la parte interior y Ramsés II el recinto exterior. No obstante, el templo tuvo tal importancia que muchos otros faraones contribuyeron al engrandecimiento del recinto, con la decoración, construcciones suplementarias, relieves o realizando diferentes cambios.

Entre estos se encontraban Tutankamon, quien retomó el proyecto tras la muerte de Ajenatón (Amenhotep IV) que había impuesto el culto al disco solar Atón  y abandonado el culto a los dioses tradicionales -, Horemheb y mucho más tarde Alejandro Magno.

Visita del templo al atardecer

Llegamos a él caminando desde el muelle donde nos había dejado el barco, y fue un paseo muy agradable, además, como nuestro barco había sido de los primeros en pasar la esclusa, llegamos antes de que lo hicieran el resto de cruceros, así pudimos disfrutar de él sin apenas gente.

En la entrada del templo de Luxor están las dos estatuas sedentes de Ramsés II, de granito gris y que miden casi 16 metros de altura. Son las únicas que han sobrevivido de las seis que había antiguamente (dos representaban al faraón también sentado, y las otras dos, de pie).

Al igual que las estatuas, ha sobrevivido un obelisco de granito rosa que alcanza los 25 metros. Este se encontraba junto a otro, que en 1853 fue trasladado a París. Hablamos del obelisco de Luxor, un regalo del valí de Egipto Mehemet Ali a Francia. El rey Luis Felipe I decidió colocarlo en la plaza de la Concordia ¿lo sabíais?

Interior de Luxor

El templo se puede visitar de seis de la mañana a las nueve de la noche durante todos los días del año. La entrada para los adultos tiene un coste de 100 libras egipcias (unos 5€). Nosotros os recomendamos visitarlo o al amanecer o al atardecer, sobretodo para evitar las horas de más calor y máxima afluencia de turistas.

Nuestra visita fue al atardecer y fue mágica. Ver como se iban encendiendo las luces del templo a medida que caía el sol y escuchar de fondo el llamado a la oración mientras paseábamos por él, fue algo que nunca olvidaremos.

Rincones de Luxor

Una vez terminada la visita, alrededor de las 18:30h de la tarde, le dijimos a Mohammed que nos queríamos quedar un rato paseando por la ciudad, que no se preocupara y que volveríamos solos al barco. Esta noche el ya dormía en su casa con su familia, ya que él vive en Luxor, así que quedamos en vernos al día siguiente a las 5:30h ¡¡no había tiempo que perder!!

Tras dar un agradable paseo, en el que no sentimos miedo en ningún momento, ni tampoco intimidados, volvimos a cenar al barco, esa era nuestra última noche a bordo, mañana nos alojaríamos en un hotel de Luxor para continuar descubriendo el país. Una velada en la cubierta entre amigos con vistas a la ciudad fue el colofón para terminar otro día perfecto ¿madrugais mañana con nosotros?

Y hasta aquí un nuevo día en Egipto de @elmundoesmejorcontigo. En nuestro perfil de Instagram encontraras todas las «stories» de nuestro viaje en «destacadas» ¡¡no te los pierdas!! Muchas gracias por acompañarnos en cada aventura ¡¡nos vemos en la próxima!!

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Post redactado por: Sonia Sánchez Quiñonero (todos los derechos de autor reservados).

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