Hoy era uno de los días más soñados del viaje, por fin, si todo iba bien, íbamos a poder conocer el maravilloso Templo de Abu Simbel. Llegar a él no es tarea fácil, pero os aseguramos que merece totalmente la pena, y ya os decimos, que lo que requiere esfuerzo, se valora de una manera mucho más profunda. Nos sentíamos totalmente inmersos en nuestra aventura egipcia, a la vez que fascinados, estábamos rompiendo mitos y viviendo una experiencia increíble ¿os venís con nosotros en este maravilloso día?
El teléfono de nuestro camarote en el crucero sonó a las 03:30am para despertarnos ¿really? ¡¡nos acabábamos de ir a dormir!! Pero bueno, dicen que sarna con gusto no pica ¿no?, ya dormiremos cuando estemos muertos como dice John 😛
Mohammed, nuestro guía durante los días de crucero, nos estaba esperando en el hall del crucero con nuestros desayunos take away para emprender la ruta hacia Abu Simbel. Esta primera noche a bordo, el crucero no se movió de Aswan. *La excursión a Abu simbel no va incluida en el paquete del crucero y la tuvimos que pagar a parte (podéis consultar el precio aquí).
A las 4am emprendíamos el camino de ida, noche cerrada, pero gran movimiento de buses y mini buses en nuestra misma dirección, algo nos decía que no íbamos a estar solos visitando esta gran maravilla. Nos separaban unos 300km de nuestro destino, lo que se traducía en unas 3h y media de puro desierto.

A lo largo del camino, paramos en diferentes puntos de control militar, donde inspeccionaban los buses, mini buses o furgonetas como las que íbamos nosotros (preguntaban cuantos pasajeros iban dentro, edades, nacionalidad, y revisaron con retrovisores los bajos de la furgoneta).
A mitad del camino, hicimos una parada técnica para ir al baño quien quisiera y estirar las piernas, nosotros, llenos de emoción, no dudamos en fotografiar esa larga carretera en mitad del desierto que nos llevaba a nuestro destino. Un tirón más donde nos comimos nuestro desayuno take away, y a las 7am llegamos por fin a Abu Simbel.

Nada más llegar, nuestro guía se encargó de sacar los tickets para entrar al templo (estaban incluidos en el precio que pagamos por persona para la excursión a Abu Simbel) y nos llevó por un atajo para llegar de los primeros a los templos de Ramses II y Nefertari.
*El atajo consiste en que, en vez de coger el camino de la derecha que te lleva directamente al templo de Ramses II y que es más largo, gires por el de la izquierda, mucho más corto y que te lleva al templo de Nefertari, así ahorrarás unos 15 minutos en relación al resto de viajeros y podrás disfrutar del lugar casi en soledad.
Abu Simbel está situado en el extremo sur de Egipto, en la ribera occidental del lago Nasser. Los templos forman parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Aswan, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Los templos fueron excavados en la roca durante el reinado del faraón Ramses II en 1.284 a.C. Con el paso de los años, fueron abandonados y comenzaron a llenarse de arena hasta prácticamente desaparecer ¡¡Estuvieron más de 2.000 años enterrados bajo la arena!! Hasta que en 1.813, un explorador lo redescubrió, cuando su caballo tropezó con una de las cabezas de las cuatro estatuas que hay en la entrada.
Entre 1964 y 1968 el conjunto de los templos hubo de ser reubicado debido a la construcción de la alta presa de Aswan y la subsecuente formación del lago Nasser. Para evitar que estas joyas arqueológicas quedaran bajo el nivel de las aguas, un equipo internacional de ingenieros procedió a cortar grandes bloques de más de 20 toneladas cada uno y trasladarlo a un nivel más elevado.

Primero visitamos el templo menor de Abu Simbel, que se encuentra al norte del templo principal y está dedicado a la diosa Hator y Nefertari, la esposa favorita de Ramses II. La fachada de este templo está decorada con seis estatuas increíbles, de las cuales cuatro representan al faraón y dos a su esposa. Está excavado en la roca y dedicado a Hathor, diosa del amor y la belleza, así como a su esposa favorita, Nefertari.
*Veréis que en la entrada al templo hay un hombre con una llave de la vida, que te la da para hacerte fotos, no la cojáis, a menos que queráis pagar una buena cantidad de propina al señor.
En su interior, encontramos una sala hipóstila con seis columnas cuyos capiteles se encuentran decorados con la cabeza de la diosa Hator. La sala este, contiene algunas escenas que muestran a Ramsés y su esposa ofreciendo sacrificios a los dioses. Tras esta sala se encuentra otra que muestra escenas similares. Al fondo del templo se halla el santuario que contiene una estatua de la diosa Hathor.

Rápidamente nos fuimos al templo de Ramses II, ya que en esos momentos empezaban a llegar las masas de turistas. La fachada del Gran Templo de Abu Simbel es mundialmente conocida. Las cuatro estatuas sedentes del faraón Ramsés II que la decoran se han convertido en un verdadero símbolo del Antiguo Egipto. Estos colosos, de más de 20 metros de altura, fueron tallados directamente en la roca, al igual que el resto del templo. Esta muy bien conservadas, menos una de ellas, que se partió durante un terremoto (esta en el suelo justo enfrente de la estatua, veréis que es enorme).
Este templo se construyó para conmemorar una victoria tras ganar la guerra de Kadesh en el año 1274 a.C. El templo está dedicado a los tres grandes dioses de Egipto: Amón, Ra y Ptah, y también a Ramses II, que era bastante egocéntrico y se incluyó como cuarto dios.

Cuando entréis al templo, os dejará sin palabras (si aún os quedaba alguna después de ver el exterior). Encontraréis la gran sala hipóstila, donde hay 8 colosos de pie, cuatro a cada lado, representando a Osiris con los rasgos de Ramses II. Os recomendamos que os perdáis por cada una de las salas interiores del templo y contempléis los grabados, todos explican una historia.
Si queréis hacer fotos en el interior del templo, tendréis que sacar un ticket especial allí mismo que cuesta 15€. Nosotros NO lo compramos, y pudimos hacer alguna foto rápida con el teléfono sin que nos vieran los guardias… (nos parecía una aberración pagar 15€ por hacer alguna que otra foto).

Si vais a visitar Abu Simbel, os recomendamos al 100% hacerlo con un guía, ya que todos estos datos y muchas curiosidades nos las explicó Mohammed, nuestro guía. Los guías no pueden entrar a los templos, así que nada más llegar, suelen hacer una media hora de explicación fuera de los templos y después nos dejó más de una hora de tiempo libre para visitarlo por dentro, hacer fotos y explorar la zona.
A modo de curiosidad que nos llamó mucho la atención, deciros que Egipto regaló a España el Templo de Debot, localizado en Madrid, para agradecerle su labor en la reubicación de los templos de Abu Simbel. ¿Que me decís? ¿lo sabíais?

Algo que nos hubiese encantado hacer, pero que no hicimos por desconocimiento (aquí estamos para avisaros y que no os pase lo mismo que a nosotros), es pasar la noche en Abu Simbel y poder ver el espectáculo de luces y sonido que hacen por la noche.
Un poderoso espectáculo que incluye proyecciones tanto en la fachada del templo mayor como en la del menor, y que muestran cuál fue su aspecto. El texto se lee en nueve idiomas (inglés, árabe, francés, italiano, español, alemán, ruso, chino y japonés) y se le proporcionarán unos cascos para mayor comodidad.
El espectáculo se lleva a cabo normalmente 3 veces al día, a las 18:00, a las 19:00 y a las 20:00. Puedes reservarlo en el mismo lugar, o bien a través de una agencia de viajes en Aswan. Nosotros os recomendamos, que si estáis interesados, se lo hagáis saber a vuestro guía para que os organice el transporte y el alojamiento.

A las 09:30h, bajo un sol de justicia, decidimos que ya era hora de emprender el camino de vuelta, estábamos realmente satisfechos de nuestra visita a Abu Simbel, nos había fascinado tanto los templos como la historia que guardaban en ellos.
Estas tres horas y media de camino de vuelta al crucero (o a la motonave), nos quedamos fritos, el madrugón que nos habíamos pegado estaba haciendo estragos y no pudimos resistirnos a dejarnos llevar por Morfeo 😛
Eran alrededor de las 13h cuando llegamos a la motonave (a los conductores de la furgoneta con la que habíamos ido a Abu Simbel les pagamos 150 libras egipcias entre los cuatro, unos 7,5€), y teníamos tanta hambre que nos fuimos directos al restaurante a comer, volvimos a disfrutar de un Buffet delicioso.
Mohammed nos informó que el barco zarpaba a las 14h, y que no llegaríamos a nuestra siguiente parada del día, Kom Ombo, hasta las 16/ 16:30h. Así que tras llenar la barriga, fuimos a los camarotes a ponernos los bañadores y disfrutar de la piscina que había en la azotea.
Era una pasada estar allí arriba, navegando por el Nilo, contemplando semejante paisaje a nuestro alrededor. Al ser finales de Octubre, la temperatura era genial, os diría que como a finales de Agosto en España.

Eran las 16:15h, y estábamos como clavos en el hall, dispuestos a irnos con Mohammed a conocer el Templo de Kom Ombo. Llegamos caminando des del barco, íbamos a ver el atardecer desde allí, aunque no seríamos los únicos, muchas otras motonaves también desembarcaban a sus viajeros, y todos íbamos en la misma dirección jejeje
Este templo está a unos 40km de Aswan, y se puede decir que es el templo más curioso de Egipto, ya que está dedicado a dos dioses y tiene un diseño doble: accesos, patios, salas, capillas y santuarios, ¡¡todo doble para los dos dioses, es un templo simétrico!!
La mitad sur del templo está dedicado a Sobek (con cabeza de cocodrilo y cuerpo humano), dios de la fertilidad y creador del mundo, mientras que la mitad norte del templo está dedicada a Haroeris (Horus el viejo). El templo fue construido entre 1.350 y 1.800 a.C.
Ver atardecer desde este templo fue una auténtica pasada. El sol se escondía detrás del Nilo, a la vez que el templo se iba iluminando y… ¡¡los mosquitos se alimentaban de nuestra sangre!! Llevaros repelente o poneros antes de ir, porque nosotros sufrimos un ataque gratuito por parte de estos mini compañeros de atardecer 😛
Antes de volver al barco, entramos al Museo del Cocodrilo, que se encuentra a pocos metros de Kom Ombo y la entrada viene incluida con la de éste último. Es un museo dedicado exclusivamente al cocodrilo del Nilo, un animal divinizado por los antiguos egipcios en la figura del dios Sobek. En él vimos un montón de cocodrilos momificados, algunos de hasta 5 metros de longitud.
Volvimos al barco alrededor de las 19:30h, cenamos y nos fuimos a la fiesta de las chilabas que hacían en el salón. Pasamos un buen rato hablando con nuestro guía, contando chistes y bailando, hasta que alrededor de las 22:30h nos fuimos a dormir, mañana tocaba otro día completo con un buen madrugón incluido.
Y hasta aquí un nuevo día en Egipto de @elmundoesmejorcontigo. En nuestro perfil de Instagram encontraras todas las «stories» de nuestro viaje en «destacadas» ¡¡no te los pierdas!! Muchas gracias por acompañarnos en cada aventura ¡¡nos vemos en la próxima!!
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Además, os adjuntamos los enlaces de todo nuestro «EQUIPO FOTOGRÁFICO VIAJERO»:
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Objetivo de la cámara: Canon EF-M 18-150 – Objetivo para Canon EOS M5, EF-M 18-150 mm f/3,5-6,3 IS STM, Negro
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Cámara acuática y de acción: GoPro Hero6 Black – Videocámara de acción (4K, 12 MP, resistente y sumergible hasta 10m sin carcasa, pantalla táctil 2″), Negro.
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Estabilizador de la cámara de acción: GoPro Karma Grip – Palo estabilizador para la cámara, Negro