Amanecía un nuevo día de este increíble roadtrip, un día cargado de kilómetros que recorrer, en el que nos desviaríamos por unas millas de la Ruta 66 para conocer el que fue para nosotros, el lugar más increíble del viaje, la reserva de los indios navajos Monument Valley. Sin antes hacer un par de paradas en lugares emblemáticos de la Mother Road y conocer un cañón menos famoso pero increíblemente espectacular y gratuito !! ¿Os venís con nosotros?
Nos despertamos a las 6am como venía siendo costumbre, el día amaneció bastante nublado y fresquito. Desayunamos en la habitación del Motel 6 unos cereales con leche que llevábamos de nuestra última compra y nos dimos una ducha calentita para ponernos guapotes 😛 (en el vídeo veréis que me llevé una toalla del motel jejeje esque tenía el pelo mojado y el secador de la habitación no funcionaba y llevaba tremendo resfriado, así que me la deje puesta hasta que me quedó bien sequito jajajaja). Con todo el equipaje ya en el coche y después de rellenar el líquido de los limpia cristales con un betún que hicimos a base a agua y jabón, pusimos rumbo a Albuquerque.

La primera parada fue en el famoso 66 Dinner (1405 Central Ave NE), sabíamos que nos lo encontraríamos cerrado porque abren a las 11am, pero no podíamos retrasarnos tanto, ya que este día nos tocaba hacer muchos km para llegar a Monument Valley. El 66 Dinner es un restaurante muy famoso de la Ruta 66, nos pareció de los más auténticos. Justo al lado, hay una pared enooooorme llena de símbolos de carretera y de la ruta, una chulada vamos!!

De ahí nos fuimos al Old Town Plaza Albuquerque (N Plaza St NW), el casco histórico de esta ciudad. La verdad que en todo el estado de New México hay mucha población hispana y es bastante normal encontrarte letreros e indicaciones en español. El casco histórico conserva toda su autenticidad, está centrado entorno a La Plaza, una especie de parque, y formado por unos cuantos edificios bajitos de adobe muy característicos. También está la iglesia de San Felipe de Neri, que es el edificio más antiguo de la ciudad, construido en 1793. Era pronto y había poquita gente, aunque las tiendas ya estaban abiertas. Nos gustó mucho, parecía que nos habíamos transportado a otra época.

Vuelta a la carretera, unas millas antes de llegar a Gallup, en medio de la nada nos encontramos con el Continental Divide, que es el punto donde se dividen las cuencas hidrográficas (what??), es decir, desde este punto, el agua fluye por el este hacia el Océano Atlántico y por el oeste hacia el Océano Pacífico. Aquí también hay una tienda de souvenirs donde hicimos unas compritas y tienen baño limpio!! Estiramos un poco las piernas, ya que acabábamos de hacer unos 180km del tirón y pusimos rumbo a Gallup.

Entramos al pueblo por la avenida principal, la cual nos llevó hasta el famoso Hotel El Rancho (1000 East 66). Este histórico hotel fue construido en 1937, está ambientado en el lejano Oeste y en él se han alojado famosos como John Wayne o Humphrey Bogart. Se puede entrar a la recepción, y ésta es increíble: sofás de cuero, chimenea de leña, suelos de madera, lámparas colgantes…

Aquí empezaba nuestro desvío. Hasta Monument Valley hay unas 185 millas, lo que se traduce en unas 3h y media de coche. Como no queríamos pegarnos esa paliza del tirón, cuando planificábamos el itinerario buscamos lugares de interés en el camino y nos apareció el Canyon de Chelly, no habíamos oído hablar de él antes, pero informándonos un poco nos pareció que estaba bien, y efectivamente, fue el entrante perfecto para lo que veríamos después. Carretera y manta, y en cuestión de 1h y media estábamos allí.
Entramos en el estado de Arizona, y el paisaje cambió drásticamente, empezábamos a ver montañas rocosas de todos los tipos y circulábamos por carreteras infinitas, ainss… qué nostalgia 🙂 y qué bonitos recuerdos. Nunca habíamos disfrutado tanto de conducir, enserio.

El Canyon de Chelly se encuentra en Chinle, esta zona Apache donde residen indios Navajos, los cuales nos transmitieron con sus miradas y su trato frío, años de represión; la verdad que nos impactó mucho esta actitud y lejos de su amabilidad empatizamos mucho con ellos. Dicho cañón es monumento nacional de los EEUU desde 1931. Al llegar paramos en el centro de visitantes a coger un mapa del lugar y allí nos informaron que la entrada era GRATUITA, algo totalmente increíble en el país del negocio. Comimos bajo un porche muy apañado, hecho con ramas secas de los árboles, unos sándwiches que nos hicimos al momento. Al terminar, nos pusimos en marcha para hacer el recorrido en coche del South Rim hasta la famosa Spider Rock. Pasamos por: Tunnel Overlook, Tsegi Overlook, Junction Overlook, White House Overlook, Face Rock Overlock y Spider Rock, un increíble monolito de 244 metros formado hace 230 millones de años aproximadamente. En la guía ponía que la Spider Rock sirvió de telón de fondo en las primeras secuencias de la película de terror Poltergeist II: El otro lado 🙁

De vuelta al que era nuestro hogar en el viaje, nuestro queridísimo coche, pusimos rumbo a Monument Valley. Tardamos casi dos horas en llegar, con alguna parada técnica para poner gasolina y comprar agua.
Consejo: para no tener que estar pagando 2$ por cada botella de medio litro en gasolineras, comprábamos packs de 34 botellines en los supermercados por 3$ e íbamos rellenando la neverita para tener siempre agua fresca.
Fue uno de los mejores tramos en coche del viaje, además de esos en los que tienes una conversación que te enriquece y te hace conocer mejor a la persona que tienes al lado, aunque creas que ya lo sabes todo de él. Pasamos Kayenta (opción económica para quedarse a dormir cerca del valle), ya estábamos en el estado de Utah, y en pocos minutos teníamos ante nuestros ojos los impresionantes monolitos que caracterizan a este lugar.

La entrada cuesta 20$ por vehículo (NO sirve el Annual Pass), y hay una caseta en la entrada donde está la persona que va cobrando; en Septiembre el horario era de 6am a 8pm. Al pagar te dan un mapa del parque con diferente información y un mapa del recorrido que se puede hacer en coche y qué ver. Pero antes, teníamos que hacer el check-in en nuestra super cabaña Premium View del hotel The View 🙂 Era una sorpresa que le tenía preparada a John 😛 me encantan las sorpresas y si son de viaje mejor!! Si no estáis hospedados en las cabañas ni en el hotel (cosa que os recomendamos encarecidamente), podéis acceder a la terraza del hotel de forma gratuita para ver atardecer o amanecer, ya que tiene unas vistas increíbles. Nos dimos una ducha rápida y nos fuimos directos a hacer el Valley Drive.

FLIPÁBAMOS, parecía que nos acababan de soltar en una película del Oeste, no dábamos crédito a lo que estaban viendo nuestros ojos, la verdad que las fotos no son ni una ínfima parte de lo que llegas a ver, quien haya estado allí, lo sabe 🙂 El recorrido lo hicimos en unas 2 horas, parándonos tranquilamente en todos los miradores. Lo disfrutamos como niños, y llegábamos a la cabaña prácticamente de noche, ¡Vaya día más bien aprovechado! jejeje Después de colocar las cosas nos montamos una cenita romántica en la terracita de la cabaña con vistas al valle…. Pfff que momentazo… estuvimos allí contemplando las estrellas y charlando en la más absoluta tranquilidad hasta que nuestros ojos empezaban a cerrarse, inmensamente felices nos fuimos a dormir… todavía no sabíamos que al día siguiente veríamos el mejor amanecer de nuestras vidas hasta día de hoy.
Bird Spring Overlook, Valley Drive
Increíble que paisajes!!!!!! 😍
Siiii de película 😍😍
Que día más extraordinario ! Me encanta Wanders !
Siiii fue increíble y las vistas desde la cabaña 😍😍😍 algo que no olvidaremos nunca!!!