El verano está en su mejor momento, y nosotros con él. Había llegado el día de vivir una experiencia viajera totalmente diferente a la que estábamos acostumbrados, unas vacaciones en el mar nos esperaban con los brazos abiertos y nosotros estábamos ansiosos por vivirlas y disfrutarlas. Hoy empezamos a contaros nuestro crucero de siete días por las Islas Griegas de la mano de Discover Greece y la compañía Celestyal Cruise. ¿Os subís a bordo con nosotros?
Nunca nos habíamos planteado la idea de viajar en crucero, quizás tú tampoco, aunque nunca lo habíamos descartado, y este verano se nos presentó la oportunidad, ya que teníamos una semana de vacaciones suelta en Julio y queríamos aprovecharla. Las Islas Griegas fueron el destino seleccionado, y aunque en esta época del año suelen recibir bastante turismo, no nos importaba, queríamos establecer este primer contacto con ellas y ver si nos atrapaban de esa manera que dice la gente como para volver… al final del viaje os daréis cuenta de lo que os hablo tras contaros nuestra primera experiencia en un crucero.
Como os hemos comentado antes, nuestro crucero pertenecía a la compañía Celestyal Cruise, y era el Crucero Egeo Idílico de 7 días. Esta compañía tiene tres tipos de cruceros: Celestyal Olympia, Celestyal Nefely y Celestyal Crystal; el nuestro fue éste último, el cual tiene una capacidad para 1.200 personas a bordo, siendo así muy familiar y acogedor. Consta de 10 plantas (o cubiertas), en las cuales podemos encontrar: diferentes restaurantes, un buffet, gimnasio, spa, sala de espectáculos, jacuzzi exterior en la cubierta 5, piscina exterior con zona de bar y solárium con hamacas, discoteca, casino, librería, zona infantil y tiendas en la zona de la recepción.
Podréis escoger entre cabinas interiores, cabinas exteriores y suites de diferentes categorías, variando de ésta manera el precio final del crucero. Además, una de las cosas que más nos gustó es que, en las diferentes paradas que hace el crucero, podéis visitar las islas por vuestra cuenta (en todas las islas estuvimos más tiempo del que te permiten otras compañías) o contratar una excursión organizada por el equipo de Shore Excursions del crucero. Si queréis profundizar más, aquí está toda la información.

Por fin había llegado el día, nuestro vuelo desde Barcelona con destino a Atenas salía el lunes 9 de Julio a las 11:50h del aeropuerto del Prat con la compañía Aegean Airlines, miembro de Star Alliance. Tras facturar las maletas y pasar el control de seguridad, nos dirigimos a la puerta de embarque y sin darnos cuenta ya estábamos sentados en el avión.
Despegamos puntuales, nos quedaban dos horas y media de vuelo, y esta vez llevé mi miedo a volar mejor que nunca, seguramente era la emoción por lo que nos esperaba en los próximos días. Nos sorprendió que nos sirvieran a bordo una comida completa a mitad del trayecto, al igual que en un vuelo internacional, además el trato por parte de las azafatas fue muy bueno, ya que contestaron muy amablemente a todas mis dudas sobre las turbulencias, demostrando así una gran paciencia jejeje

Llegamos a Atenas a las 15:40h (en España es una hora menos) y tras recoger las maletas, un hombre nos estaba esperando con un cartel con nuestros nombres para llevarnos al puerto de El Pireo, donde estaba atracado nuestro crucero (se tarda unos 40 minutos en llegar). Nos dejó en la Terminal A – Puerta E11 y procedimos al embarque ¡¡¡ Que emoción, ya estábamos aquí !!!
Nos recogieron las maletas ¿dónde se las llevaban?, nos pidieron los pasaportes (se los quedan durante el viaje y te los devuelven un día antes de desembarcar) y nos dieron nuestras tarjetas de embarque a cada uno (son como tarjetas de crédito), y además de servirte para entrar y salir del barco y de la habitación, te las vinculan a tu tarjeta de crédito para los gastos extra que puedas tener durante el viaje.

Al llegar a nuestra habitación en la cubierta 4, estaban nuestras maletas esperándonos en la puerta. Nuestro camarote era una cabina exterior con vistas al mar. Nos habían dejado en la mesita delante del sillón una botella de champán y un plato de fruta fresca con una tarjeta de bienvenida ¡¡vaya detalle!!
A los pocos minutos de estar allí, nos anunciaron por megafonía de que a las 18h se iniciaba el simulacro de emergencia, así que seguimos las instrucciones de los trabajadores del barco, nos pusimos los chalecos salvavidas y nos dirigimos a nuestra zona de seguridad. Ale, ya sabíamos lo que teníamos que hacer en caso de hundimiento, esperábamos no tener que ponerlo en práctica en todo el viaje 😛

Al volver al camarote, conocimos a Ruth y Reinaldo, los que serían nuestros camareros de piso durante toda la travesía. Reinaldo era cubano y Ruth colombiana, y eran un amor de personas, ya nada más conocernos me marqué una salsa en el pasillo con Reinaldo jejeje Nos cambiamos de ropa y nos fuimos a estrenar el gimnasio, ya que hasta las 20h no teníamos la cena.
La mayoría de las noches que cenamos en el barco, lo hacíamos en el Restaurante Olympus, donde esta primera noche conocimos a Nelson, el que sería nuestro camarero durante toda la semana cada vez que fuésemos allí. El menú de la carta variaba diariamente y constaba de 5 entrantes, 6 platos principales y 4 postres, donde podías elegir libremente lo que más te apetecía.
Tras llenar nuestros estómagos nos fuimos directos a ver el espectáculo que hacían esta noche, hoy tocaba noche latina, y recreaban los diferentes videoclips de las canciones de ahora. La verdad que el ambiente era súper divertido y animaban a cualquiera a moverse al ritmo de la música.
Cuando terminó el espectáculo, nos pegamos un par de bailes en el «lounge», ya que había una cantante en directo cantando salsa y bachata y nos fuimos a media noche a dormir. Al llegar a la habitación, Ruth y Reinaldo nos habían dejado las toallas encima de la cama con forma de conejo y nos habían dejado un dulce en la almohada 🙂

El despertador sonó a las 06:45h, ¿donde amanecíamos hoy? en ¡¡Mykonos!! esta era la primera isla del archipiélago de las Cícladas que íbamos a visitar. De momento la idea de despertarnos cada día en un lugar diferente me gustaba y mucho. Antes de desayunar nos fuimos al gym a hacer nuestro entreno diario, una ducha y directos al buffet.
La isla de Mykonos es una isla pequeña, con menos de 90km2, aunque es conocida mundialmente por sus playas y sus fiestas. La isla posee una población pequeña (unos 10.000 habitantes), por lo que los turistas en muchas ocasiones, sobretodo en la temporada de verano, superan a los autóctonos.

A las 09:30h desembarcábamos en el puerto de Mykonos, hacía un día espectacular y un bus nos estaba esperando para acompañarnos a una de las playas más famosas de la isla: Super Paradise Beach. Tenéis varias opciones para moveros por la isla por libre en caso de que no queráis contratar la excursión del barco, ya que se trata de una isla relativamente pequeña y fácil de recorrer por cuenta propia.
Una de ellas sería el alquiler de un coche (podéis consultar en la página de autoeurope), el alquiler de un quad (vimos que allí era muy común, aunque también vimos algún que otro accidente) o elalquiler de moto. Y la última opción sería moveros en transporte público, en este caso buses, aunque perderíais más tiempo.

Nosotros fuimos con la excursión del barco a pasar la mañana a Super Paradise Beach. Esta playa se encuentra al sur de la isla, concretamente a unos 7km de Chora, y es mundialmente conocida por sus fiestas y su ambiente de famoseo.
Cuando llegamos no había prácticamente nadie, así que pudimos estar en las hamacas de la primera fila frente al mar. ¡¡Que ganas teníamos de un rato de playa y relax!! Veníamos con la premisa de tomarnos este viaje de una manera más relajada a la que tenemos como habitual cuando nos vamos, así que la cosa no empezaba nada mal.

Su arena blanca y sus aguas cristalinas nos recordaron enseguida a nuestro querido mediterráneo. Al ser una de las playas más conocidas de la isla y al visitarla en temporada alta, pensábamos que iba a estar masificada, ¡¡pero no!! no sabemos si es que era por la mañana y el barullo se monta por la tarde, pero el tiempo que estuvimos no apreciamos ese agobio.
Nos pedimos un zumo de fruta y un café griego para John, con el que tuvo amor a primera vista, ya que fue su adicción durante todo el viaje. Si sois unos fanáticos del café como él, no dudéis en pediros un «Freddo Capuchino» y ya nos contaréis 😛
Pasamos una mañana buenísima en la playa. Si sois un poco culos inquietos, podéis dar un paseo por la playa y subir hasta uno de los miradores que hay a mano izquierda desde donde obtendréis unas vistas panorámicas de la zona.
Estuvimos allí hasta las 12:30h, donde vino a buscarnos de nuevo el bus para llevarnos al barco a comer. Si queréis comer en la playa hay diferentes chiringuitos, el más famoso es el Super Paradise, aunque la comida y la bebida es un poco cara.

De vuelta al barco, subimos al restaurante Amalthia a comer, había poquita gente, ya que la mayoría estaba disfrutando de la isla. Tras llenar nuestros estómagos, fuimos al camarote a darnos una ducha (nos habían dejado la habitación impecable y cambiado las toallas) y ponernos guapos, ya que a las 16h queríamos estar listos para irnos a recorrer el casco antiguo de Mykonos.
Cogimos el shuttle bus que proporcionaba el crucero des del puerto hasta el casco antiguo (salía cada media hora y el último era a las 23:30h), y en apenas diez minutos ya estábamos allí. Solo os podemos decir que era tal y como lo imaginábamos ¡¡o incluso mejor!!

Yo no paraba de decirle a John ¡¡no me puedo creer que estemos aquí!! Nada mas llegar empezamos a callejear. En primer lugar empezamos a recorrer la zona del casco antiguo, donde nos encontramos con las típicas casas blancas encaladas llenas de buganvillas. Os recomendamos encarecidamente que os perdáis por sus callejuelas, ya que encontraréis rincones propios de una película.
Buscando una panorámica del pueblo desde las alturas, llegamos a Boni’s Windmill, uno de los molinos que hay en la zona más altas del pueblo. Preparar las piernas porque tendréis que sortear un buen tramo de escalones para llegar, pero merece totalmente la pena, es uno de los rincones que más nos gustó de la isla ¡¡y encima no había nadie!!

Me encantaba ver como las tiendas, restaurantes, heladerías… estaban totalmente encajadas en la arquitectura y estilo del pueblo, haciéndolo de esta manera más pintoresco si cabe. La cámara estaba que echaba humo… todos los rincones eran dignos de inmortalizar.
Aunque hiciera bastante calor, ya que eran las 16:30h, habíamos acertado con la hora, ya que había mucha menos gente de la que encontraríamos más tarde por las callejuelas. Buscar la tienda de postales, os va a alucinar, nosotros aprovechamos y compramos unas cuantas y algún que otro recuerdo 🙂

Sin darnos cuenta llegamos a la zona del puerto, es un puerto pequeñito con una playa y una zona donde se encuentran los barcos pesqueros de la gente local de la isla. Esta parte también está llena de restaurantes con unas vistas privilegiadas al atardecer (si queréis verlo desde uno de ellos, ir pronto, sobre las 18h, ya que después es imposible coger sitio).
Aunque Mykonos sea pequeño, pierdes muchísimo tiempo callejeando, menos mal que teníamos toda la tarde hasta la noche para estar por allí, esto fue de las cosas que más nos gustó de nuestro crucero.

¡Bienvenidos a Little Venice! La pequeña Venecia de Mykonos es una de las zonas más bonitas y románticas de la isla. Lo que la caracteriza, son sus pequeñas casas construidas sobre el agua, como en Venecia, de ahí su nombre.
De hecho, se construían así porque en el pasado los sótanos de las casas se utilizaban como guaridas de los botines que traían los piratas. Son casas datadas del siglo XVIII de dos o tres plantas, blancas y con balcones de colores con vistas al mar. No estaría nada mal alojarse en esta zona ¿no creéis?

Antes de que empezar a caer el sol, nos llegamos a la zona de los Molinos de viento de Mykonos, una de las más simbólicas. Están en la zona de Chora, en una colina con vistas al mar y a little venice. En su origen servían para moler el grano de los campos de la isla, aprovechando los fuertes vientos de la zona, aunque actualmente ya no están en funcionamiento.
Una de las curiosidades de la isla, es que en ella habita un pelícano llamado Petros que se instaló aquí en 1954 y se convirtió de forma oficial en la mascota o símbolo de la isla. Se dice que un pescador se encontró a un pelícano herido y, tras curarlo, lo puso en libertad, pero el animal volvió y decidió quedarse en la capital. Era tan querido por la población de Mikonos, que cuando murió en el año 1986, tras pasar 30 años en la isla, se declaró luto oficial en Mykonos. Y fue Jackie Kennedy Onassis quien regaló a Mykonos su segundo pelícano: Irene. Mucho más tarde, el parque zoológico de Hamburgo donó otro ejemplar que pasó a llamarse como el primero, Petros. Y no hace mucho, la población adoptó otro pelícano herido que llamaron Nicolas.

Nosotros, cuando volvíamos de la zona de los molinos hacia little venice, pudimos encontrarnos con «Petros» campando a sus anchas. Algunos turistas iban a tocarlo, y la gente local como que lo escoltaban para que no le hicieran nada, ¡¡fue super emocionante verlo!! ya que de repente pasó por nuestro lado sin esperarlo, que suerte habíamos tenido.
Nos sentamos en la playa de Little Venice a contemplar nuestro primer atardecer en las islas, y ahí entendimos de lo que nos hablaba la gente… sus atardeceres son rosas – anaranjados… que sensación más bonita estar allí viviéndolo… cuando por fin se terminó de esconder en el mar, todo el mundo empezó a aplaudir y silbar, pues sí, todos y cada uno de nosotros éramos afortunados de haber vivido un día más.
Nos fuimos a la zona del puerto a cenar, al Roca Cookery Restaurant, con unas vistas preciosas y una comida absolutamente deliciosa, os lo recomendamos al 100%. Se nos hicieron las 23h de la noche, así que al terminar, nos despedimos de esta maravillosa isla y de lo bien que nos lo habíamos pasado en tan poco tiempo.
Cogimos el último bus que volvía al barco, y al llegar a nuestro camarote nos encontramos con nuevos detalles de Ruth y Reinaldo ¡¡como me gustan estas ñoñerías!! nos habían dejado las toallas en forma de corazón y unos barquillos dulces en la almohada 🙂
Se terminaba un nuevo día, el barco zarpaba a las 24h hacia la isla de Milos, esto acababa de empezar y ya nos estaba encantando ¡¡nunca dejéis de probar cosas diferentes!! Pronto os seguimos contando 🙂
Y hasta aquí un nuevo día en las Islas Griegas de @elmundoesmejorcontigo. Muchas gracias por acompañarnos en cada aventura ¡¡nos vemos en la próxima!!
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Además, os adjuntamos los enlaces de todo nuestro «EQUIPO FOTOGRÁFICO VIAJERO»:
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Objetivo de la cámara: Canon EF-M 18-150 – Objetivo para Canon EOS M5, EF-M 18-150 mm f/3,5-6,3 IS STM, Negro
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Cámara acuática y de acción: GoPro Hero6 Black – Videocámara de acción (4K, 12 MP, resistente y sumergible hasta 10m sin carcasa, pantalla táctil 2″), Negro.
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Estabilizador de la cámara de acción: GoPro Karma Grip – Palo estabilizador para la cámara, Negro
Felicidades por lo bien que escribís y por la pasión que le ponéis al blog,a vuestras fotos de IG, y a la vida en general 👍🏻!!!enhorabuena pareja!!♥️
Muchísimas gracias Oscar. Nos alegra y nos emociona saber que hay gente que aprecia y valora nuestro trabajo. Un abrazo muy fuerte!!