Indonesia Días 16, 17 y 18: aventura de Labuan bajo a Lombok

Había llegado el día, hoy iniciábamos una de las experiencias a la que más ganas le teníamos a la par que respeto. Íbamos a pasar 3 días y 3 noches recorriendo el Mar de Flores des de Labuan Bajo (en la isla de Flores) hasta Lombok, en un barco junto a otros viajeros que no conocíamos de nada. Esperábamos vivir una de las mejores aventuras del viaje, y así fue. Si quieres conocer nuestra propia experiencia para terminar de decidirte no dudes en seguir leyendo ¿te subes a bordo?

A las 07h en punto estábamos con nuestras mochilas frente a la «caseta» de Wanua Adventures, parecía que había salido el sol y el buen tiempo nos iba a acompañar. No nos había dado ni tiempo a desayunar, así que le pedimos a los trabajadores de Le Pirate que nos lo pusieran para llevar. A los pocos minutos llegaron algunos compañeros más de aventura y sobre las 07:30h nos llevaron para el barco.

Tardamos menos de cinco minutos en llegar caminando. El barco se veía muy bien, estábamos tan nerviosos a la vez que emocionados que yo solo le decía a John – Que pasada! Mira a ver si hay chalecos salvavidas jajaja Nos hicieron descalzarnos para subir  y nos hacían esperar sentados a que llegara el resto del grupo.

Sobre las 08h ya estábamos todos, en total éramos un grupo de unas 20 personas, con edades comprendidas entre los 20 y los 38 años, de diferentes nacionalidades: franceses, suecos, alemanes, estado unidenses y nosotros como representación de España jejeje Nos explicaron cuatro normas básicas de seguridad, horarios de desayuno – comida – cena, recorrido y a los que teníamos «camarote» por llamarlo así, nos indicaron donde estaba para que nos acomodásemos, y al resto los subieron a la cubierta, en una zona habilitada para dormir todos juntos.

¡¡Que empiece la aventura!!

¡¡Zarpamos!! La primera parada del día era el Parque Nacional de Rinca, donde veríamos por primera vez a los famosos dragones de Komodo. Mientras nos hacíamos con el barco y conocíamos a nuestros compañeros de aventura, los tripulantes nos sirvieron para desayunar unos banana pancakes con leche condensada que nos comimos con mucho gusto.

Pusieron musiquita reggae (aquí escuchamos por primera vez el famoso tema «Despacito» en esta versión jejeje), y nos acomodamos en la cubierta a tomar el sol. Mientras, pasaron a cobrarnos las entradas de los diferentes parques y a preguntarnos que si al llegar a Lombok queríamos traslado hasta las Gili o hasta Kuta Lombok (os contamos todo el tema de los precios en el post anterior).

En apenas unas dos horas llegamos a nuestra primera parada, en la cual estábamos expectantes por conocer a los famosos «dragones de Komodo». El Dragón de Komodo es el lagarto más grande del mundo y actualmente se encuentra en peligro de extinción, habitando únicamente en esta zona de Indonesia. Tienen una longitud aproximada de 2 a 3 metros y su peso oscila entre los 60 y los 70kg. No sé si os gustará leer que son caníbales y que su mordedura es mortal, aunque en realidad se alimentan básicamente de carroña.

Entrada al Parque Nacional de Rinca

Desembarcamos en el puerto saltando entre las cubiertas de otros barcos que ya estaban allí y los primeros en recibirnos son unos traviesos macacos (siempre que salíamos del barco cerrábamos el camarote con un candado y así no nos preocupábamos de que pudieran llevarse nada prestado). Nos adentramos a pie hasta la zona de visita donde nos presentaron a nuestro guía, que sería el encargado de acompañarnos en nuestra ruta de senderismo por el parque.

*Aquí es donde se paga el ticket de entrada al parque, que sirve para todo el día y también te incluye la entrada al Parque Nacional de Komodo al que iríamos más tarde. También se ha de pagar el guía, está absolutamente prohibido adentrarse en el mismo por cuenta propia (todos estos pagos estaban incluídos en el dinero que le habíamos entregado al chico del barco por la mañana).

Nos reunimos con el guía y nos explicó que íbamos a hacer el trekking de duración media, nos alertó de un par de normas muy importantes para que no ocurriese ningún accidente: no separarse del grupo, no acercarse demasiado a menos que el guía te de permiso, y no tocar ni provocar a los dragones. También es importante saber  que si se tiene una herida abierta o la menstruación no es recomendable ir, la explicación que dan es que los dragones pueden oler la sangre des de lejos e incitarles a atacar pensando que es una presa. Una chica que venía con nosotros, había tenido un accidente con la moto en Bali y tenía la pierna llena de quemaduras y arañados, y le aconsejaron quedarse en el barco.

Primeros dragones en el centro de visita

Empezamos a caminar bajo un sol de justicia, y allí mismo entre las casetas de la entrada vimos a los primeros dragones, nos asombró verlos tan tranquilos. No tenemos claro si es porque pasan una gran cantidad de horas letárgicos al sol (en la información que hay del parque en las redes así lo dice) o si porque los drogan de alguna manera (no hemos encontrado nada de información respecto a esto, y esperamos que no sea así, porque no hubiésemos colaborado en esa turistada), pero estaban súper relajados a la sombrita.

Tras hacer nuestras primeras fotos a los dragones, el guía nos indica que sigamos y nos adentramos en la isla siguiendo el sendero. A lo largo del camino nos vamos encontrando con varios de ellos, incluso hay un momento en el que nos tenemos que apartar todos del camino porque uno se dirige hacía nosotros muy decidido. ¡¡Fue alucinante verlo tan activo y tan cerca!! Estaba siendo toda una experiencia.

Inicio del sendero

Continuamos caminando unos 15 minutos más hasta llegar a una zona mucho menos escarpada des de la cual teníamos unas vistas impresionantes de la bahía donde estaba nuestro barco anclado. Esta experiencia acababa de empezar y ya nos estaba alucinando.

Durante la visita no os olvidéis de llevar una mochilita con agua y protección solar. El sendero por el cual se hace el trekking no presenta dificultades, así que podéis hacerlo tanto en zapato de deporte como en sandalias.

Vistas de la bahía des de la Isla de Rinca

Volvimos al barco para poner rumbo a la siguiente parada del día, Pink Beach. Mientras hacíamos el recorrido, nos avisaron a todos para que fuésemos a la zona común de abajo a comer. Parecía que estábamos en uno de esos campamentos de verano a los que íbamos de jovenzuelos jejeje

El menú del día y de prácticamente todos los días fue: arroz blanco, soja en una especie de salsa de tomate, ensaladas de verduras y fruta fresca. Nunca habíamos probado la soja así y estaba bastante rica, además había ketchup y junto al arroz nos hicimos una especie de arroz a la cubana un poco cutre pero que nos sirvió para llenar el estómago. Además durante todo el día teníamos un termo con té a nuestra disposición.

¡¡Llegamos a Pink Beach!!

De repente nos dimos cuenta que el barco había parado cerca de una playa, y uno de los tripulantes anuncia a grito pelado ¡¡Pink Beach!! Así que supusimos que acabábamos de llegar a la siguiente parada del día. Vimos que para llegar a la playa no quedaba otra que hacerlo nadando, y al ver que el resto del grupo empezaba a tirarse al agua no dudamos en hacer lo mismo.

Nos pusimos los escarpines, cogimos el equipo de snorkel y ¡¡ al agua patos !! Yo bien cogida de la mano de John, porque sí, me da mucho respeto el mar, aunque yo no me iba de allí sin pisar esa playa. Al meter la cabeza bajo el mar y ver toda la flora y fauna marina que teníamos bajo nosotros alucinamos. Corales de colores, estrellas de mar azules, pececitos de muchísimas especies… sin apenas darme cuenta llegábamos a la orilla.

Pink Beach

Pink Beach es una de las siete playas rosadas del planeta, este color viene dado por unos microorganismos que viven en los arrecifes de coral de la zona, y aunque en las fotos apenas se aprecie y no le hagan justicia a este lugar, es una absoluta pasada verlo en persona, nunca habíamos visto nada parecido y nos sentimos unos auténticos afortunados de estar ahí.

Paseamos y descansamos un rato en la playa antes de regresar de nuevo al barco nadando. Al subir de nuevo a bordo estábamos muy emocionados por lo que acabábamos de vivir. Mientras navegávamos dirección al Parque Nacional de Komodo nos subimos a la cubierta a secarnos y disfrutar de las incríbles vistas que teníamos mientras los chicos pasaron con unas galletas dulces para merendar.

Parque Nacional de Komodo

Llegamos allí sobre las 16:30h, donde el calor ya no es tan fuerte, y según el guía que nos toca ahora, los dragones están más activos. Así que empezamos el treeking por el parque. En este lugar encontramos que había muchos menos dragones que en  Rinca, aunque no sabemos si por la hora que era o qué, pero cierto es que todos los que vimos estaban caminando a sus anchas por allí.

Encontramos a un ejemplar hembra muy apuesta, y el guía nos indicó si queríamos hacernos una foto. Así que después de que algunos del grupo se la hicieran y ver que salían vivos jejeje llegó nuestro turno. Seguimos las indicaciones de él, respetando la distancia de seguridad y nos quedamos justo detrás. Nos sacó una foto rápido y corriendo nos quitamos por el camino que habíamos venido, la verdad que nos daba mucho respeto tenerlo tan cerca.

Dragón de Komodo en Komodo

Terminamos el trekking y volvimos al barco, nos aseamos un poco como pudimos con toallitas y agua desinfectante que llevábamos, para pasar la noche. No se si os lo habíamos comentado pero en el barco no había agua corriente y habían dos baños con un agujero en el suelo con vistas al agua donde tenías que tener puntería jejeje y un cubo de agua con una especie de cazo para limpiar el suelo por si tu puntería era mala jajaja

Cenamos todos juntos un menú muy parecido al del mediodía, y mientras tanto, el barco echó el ancla cerca de la isla de Palau Padar, donde pasaríamos la noche para mañana subir a primera hora a la zona más alta de la isla a ver el amanecer. Después de cenar, subimos todos a la cubierta a hacer velada, los tripulantes se encargaron de poner música reggae y cuando nuestros ojos se empezaron a cerrar decidimos que era el momento de asimilar que este día tan espectacular había llegado a su fin.

Así de felices nos deja este día

La primera noche en nuestro super camarote no había estado del todo mal, jejeje eso si, no se cuantas veces me desperté sintiendo que corrían bichitos por mi cuerpo. A las 5:30h todos estábamos reunidos en la cubierta esperando a desembarcar en Padar Island a través de un bote pequeño de madera, de esos que salen en las películas antiguas.

Nos quedamos asombrados al ver que justo al lado de nuestro barco, había uno de características similares semiundido, ya que había naufragado esa noche, y consiguieron llevar a los turistas a la playa y solo quedaban los tripulantes intentando salvar el máximo de cosas antes de que se terminara de hundir… vaya faena y ¡¡que miedito!!

Llegamos a la playa de Padar e iniciamos el trekking hacia lo más alto para ver la salida del sol, tardamos unos treinta minutos en llegar arriba. Fue alucinante cuando nos giramos y vimos como aparecían esas tres bahías azul turquesa bajo los primeros rayos, sin duda lo que sentimos en ese momento no se puede pagar ni con todo el dinero del mundo ¡¡No nos podíamos sentir más vivos!!

Amanecer en Padar Island

Tras un buen rato disfrutando de las vistas, volvimos a la playa a esperar a que viniera el bote de madera a buscarnos para llevarnos de vuelta al barco. Así como íbamos llegando nos servían el desayuno, hoy tocaba «tostada de mermelada con un plátano» jejeje yo con eso podía pasar hasta medio día, pero ya os digo que John no aguantaba ni de coña, así que menos mal que el día que estuvimos en Labuan Bajo antes de salir, habíamos comprado algo de provisiones (batidos de chocolate, oreo, bollitos dulces…).

El barco se puso en marcha, nos avisaron que hasta media mañana no sería la siguiente parada: hacer snorkel con mantas. Así que nos pusimos los bañadores y nos subimos a la cubierta con el grupo a leer, hablar y tomar el sol, no había espacio para el estrés 😛 Y no se si os lo habíamos dicho, pero estábamos totalmente desconectados del mundo, ya que en esos lugares no había wifi jajaja

Surcando el Mar de Flores

Sobre las 12h el barco se paró en mitad del mar ¿no pretenderán que nos tiremos aquí en medio a nadar con las mantas no? No se veía tierra firme por ningún lado… así que seguimos nuestra estrategia de siempre, dejamos que los demás se tirasen a ver que pasaba y si todo iba bien, ya iríamos detrás jajaja Fuimos los últimos en saltar al agua tras ver que todos seguían sanos y salvos y gritaban «uauuuu amazinggg» cada vez que sacaban la cabeza del agua.

Y así era, bien cogidos de la mano empezamos a hacer snorkel, y a ver con nuestros propios ojos como gigantescas mantas nadaban por debajo nuestra… flipante, daba muchísima impresión. Que valiente estaba siendo y cuánto estaba mereciendo la pena. Aunque aquí pasó algo que no nos gustó, tras un rato haciendo snorkel, los tripulantes empezaron a chillar ¡¡Dangerous, dangerous, come on, come on!! Todos nos asustamos muchísimo porque estábamos en mar abierto y no entendíamos qué estaba pasando y más cuando vimos que el barco se ponía en marcha y soltaban la escalera de madera para que subiésemos.

Fuimos de los primeros en llegar, y al estar el barco en marcha, la escalera por la fuerza del agua se quedaba como de lado y era muy difícil subir ya que se golpeaba con la cubierta y no podías agarrarte bien. John nervioso y desconcertado me cogió y me subió, con tan mala suerte que en uno de esos golpes de la escalera, me pilló los tres dedos de la mano izquierda a la altura de las uñas y me las aplastó, yo pensaba que el golpe me había cortado los dedos de cuajo delo que me dolió.

Estábamos como aturdidos, mi mano sangraba, tenía todas las uñas crujidas, el resto de compañeros preguntaban a la tripulación que estaba pasando para que nos asustaran para volver al barco, y aquellos se reían diciendo que era una broma. Todos nos enfadamos bastante. Menos mal que dos chicas que venían con nosotros eran enfermeras y me curaron y me cubrieron la mano para pasar el resto de días…

Haciendo snorkel con mantas

Entre una cosa y otra se había hecho la hora de comer, la verdad que con el mal cuerpo que nos había dejado la situación anterior no teníamos nada de hambre, pero sabíamos que teníamos que aprovechar, ya que hasta la cena no volveríamos a comer.

El menú era prácticamente el mismo que el de ayer, y este momento me encantaba al reunirnos todos juntos y hablar de diferentes temas. El feedback que haces con otros viajeros en experiencias como esta es tan gratificante: había un chico de unos 25 años que llevaba 1 año solo dando la vuelta al mundo, un japonés que hablaba 11 idiomas, una pareja francesa que llevaba 3 meses recorriendo Indonesia….  bonitas historias de vida.

Así nos servían cada día la comida y la cena

Sobre las 15:30h llegamos a Gili Lawaradat, una isla a la que para llegar teníamos que hacerlo nadando des de el barco. Ya le habíamos cogido el gustillo, así que nos pusimos nuestros escarpines, bañadores, gopro y ¡¡al agua patos!! Nos flipaba hacer snorkel en estas aguas tranquilas cerca de la costa, aunque hay que tener cuidado con las corrientes.

Cuando llegamos a la playa de Gili Lawaradat nos dimos cuenta que la gopro se había quedado sin batería ¡¡Nooooo!! Claro como en el barco no teníamos electricidad, se ve que la batería portátil a la que la teníamos enchufada se había gastado y no la había cargado. Por ese motivo no tenemos ninguna foto más que la de nuestras retinas des de la zona más alta de la isla (si buscáis por internet veréis que es brutal).

El trekking es un poco durillo, pero poco a poco y sin parar se llega, además no tiene pérdida. Tras disfrutar de las vistas, deshicimos el camino hasta la playa donde nos fuimos nadando hasta el barco, ya no habrían más paradas este día, así que ésta fue nuestra ducha jajaja

Parada en Gili Lawaradat

¡¡Todo el mundo a bordo!! Ahora quedaba un largo viaje hasta la siguiente parada, que sería a la mañana siguiente. En este tramo de recorrido el barco se mueve bastante, así que si tiendes al mareo o eres un poco miedoso a este medio de transporte lleva biodramina y no te preocupes ¡¡es normal!!

A John no le sentó muy bien el meneito y pasó la tarde bastante mareado en el«camarote», aunque el señor ratoncillo se comió todas las provisiones que llevábamos mientras yo charlaba y tomaba el sol en la cubierta con los compis. Después de cenar nos subimos a la azotea del barco a ver las estrellas, que momento tan mágico… nunca habíamos visto el cielo tan estrellado, era el vivo reflejo de lo alucinante que es el planeta donde vivimos. Sobre las diez nos bajamos a dormir, había vuelto a ser un día muy completo.

Nuestro camarote

¡¡Buenos días!! Tercer día a bordo, vaya noche más movidita habíamos tenido, el barco se movió bastante, tanto que tuvimos que dormir atravesados para que no nos subiese la sangre a la cabeza jajaja ¡¡esto estaba siendo toda una aventura!! Cuando salimos del camarote vimos que estábamos parados cercanos a una playa, así que antes de desayunar nos tiramos al agua para refrescarnos ¡¡anda que no molaba ese baño mañanero!!

Nos sirvieron unos banana pancakes para desayunar que nos supieron a gloria, y mientras poníamos rumbo a la siguiente parada del día: Moyo Island, nos subimos a la azotea a hacer un poco de ejercicio con esas increíbles vistas.

Toca hacer ejercicio en la azotea

Llegamos a Moyo Island, lo hicimos nadando, como viene siendo costumbre, y al tocar tierra firme con nuestros pies, iniciamos el trekking hasta la cascada. El camino que va hasta allí es bastante sencillo, a nosotros nos fue bien hacerlo con los escarpines, y tardamos unos treinta minutos en llegar. Como se notaba la humedad y la calor cuando te adentrabas en el interior de la isla.

La cascada es de agua dulce, aissssss que bien nos sentó después de tantos días con sal en nuestro cuerpo jejeje Además tenía como piscinitas naturales y nos metíamos allí a bañarnos, era una pasada. Algunos de ellos, incluido John, escalaron cascada arriba guiados por uno de los tripulantes, y dicen que había una especie de cuerda tipo tirolina para lanzarse al agua y una piscina natural más grande. Yo no fui tan valiente de subir.

Cascada Moyo Island

Volvimos a la playa para regresar al barco y nos vinieron a buscar en bote para que no nos tuviésemos que meter en el agua salada ¡¡muy considerados!! El resto del día estuvimos navegando hasta la tarde donde llegamos a Medang Island para ver el atardecer, la última parada de esta aventura de Labuan Bajo a Lombok.

Nos llevaron hasta la orilla en bote, ya que necesitábamos llevar deportivas. En la foto de abajo podéis ver mejor el barco en el que íbamos y el botecito con el que nos acercaban a tierra firme.

Nuestra casa durante tres días y tres noches

El trekking hasta la zona más alta de esta isla es bastante empinado, aunque apto para todo el mundo. Ya era la última noche de esta aventura, y la verdad que estábamos algo nostálgicos, teníamos ganas de llegar a las Gili y poder saber de nuestra familia y amigos, pero a su vez estábamos tan agusto en esta especie de «nube» que no queríamos que terminase.

Fue un atardecer brutal, además teníamos al fondo las vistas del volcán Ranjini en la isla de Lombok. Esta noche llegaríamos allí para mañana a primera hora irnos a las Islas Gili a continuar con nuestra luna de miel.

Vistas del volcán Ranjini des de Medang Island

Con mucha pena volvimos al barco, esa última cena fue muy guay, con cucaracha cocinada en mi plato incluida, pero oye, estaba pasando tanta hambre que no me dio ni asco, la aparté y seguí comiendo, al fin y al cabo, como dice mi abuela, lo que no mata engorda jejeje

Habían sido tres días de pura aventura, donde nos llevábamos en nuestras mochilas una vivencia increíble e irrepetible, menos mal que finalmente no nos arrepentimos y lo hicimos, porque creemos que es una de esas experiencias que se han de vivir almenos una vez en la vida. 

Vistas durante el recorrido

Mañana volvíamos a tierra firme, así que no os perdáis los próximos posts del viaje, que aunque ya quedan poquitos ¡¡nos pasa de todo!! Os dejamos enlazados aquí abajo diferentes posts de interés ¡¡ah!! y si esta opción no os convence y queréis hacer solo el recorrido que se hace con salida y vuelta a Labuan Bajo de 3 días y 2 noches no os perdáis el post de @sinohasviajado.

Y hasta aquí un nuevo día en Indonesia de @elmundoesmejorcontigo. Muchas gracias por acompañarnos en cada aventura ¡¡nos vemos en la próxima!!

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6 thoughts on “Indonesia Días 16, 17 y 18: aventura de Labuan bajo a Lombok

  1. Hola. Me ha encantado tu post. Yo viajaré con mi novio a Indonesia en agosto y estamos buscando un barco para hacer gili-lombok-labuan bajo (2 o 3 noches). Podrías decirme con qué compañía viajasteis? Lo contratasteis desde España? Muchas gracias de antemano!

  2. Hola desde Argentina. Desde que encontré este blog, no he podido parar de leerlo.
    Tu diario de viaje a Indonesia me ha inspirado a conocer ese país. Estoy ansioso que publiques los días que están faltando de este itinerario para seguir mi lectura de todos los días.
    Además quería agradecerte por tomarte el tiempo de explicar cada detalle, que es lo que hace muy entretenido leerte.
    Saludos desde argentina!

    1. Buenas Fabian, como nos alegra leer tus palabras!! Pues durante el mes de agosto vamos a terminar unos cuantos posts tanto de Indonesia como de otros viajes. Así que en breves lo tendrás en el blog. Un abrazo muy fuerte y gracias por seguir nuestras aventuras. Saludos desde España.

  3. Dios me ha dado escalofríos ver que no han cambiado las sábanas del camarote en un año jajaja. Espero al menos que las pulgas que habían desaparecieran. Aunque es entretenido el crucero de tres días visto desde la lejanía es una auténtica chaladura. Lo raro es que no haya pasado nada grave en ese barco nunca.

    Nosotros fuimos hace justo un año un buen puñado de amigos.

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